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Craig y Frigerio, disminuidos

La famosa ópera multiracial de George Gershwin fue parte del programa de la Orquesta Sinfónica, que ya la había interpretado en años anteriores. Pero esta vez sus dos protagonistas deben saber bien que no fue una noche a la altura.

13 de Agosto de 2008 | 11:24 |
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Lawrence Craig es uno de los más famosos intérpretes del rol de Porgy. Lejos de su calidad, en esa ocasión convirtió el espectáculo en su propio espectáculo teatral más que musical.

El Mercurio

El director mexicano Carlos Miguel Prieto debutó frente a la Orquesta Sinfónica de Chile en el último concierto de esta temporada 2008. El programa permitió apreciar sus muchas virtudes, como así algunas de sus limitantes. Entre las primeras está su musicalidad, gesto claro y honestidad en el enfrentamiento del repertorio, que se contrapone a un enfoque un tanto alejado del estilo en algunas obras. Esto no desmerece en absoluto se presentación, pues son escasos los directores que pueden jactar de abarcar todos los estilos en propiedad.

Escrita como música incidental para el film “Redes”, esta suite realizada nada menos que por Erich Kleiber, para la partitura de Silvestre Revueltas, se mueve entre lo descriptivo y lo expresionista, con un interesante tratamiento de los elementos folclóricos. Al escuchar esta música no cabe duda de cuál fue el modelo tomado por Leonard Bernstein para sus obras de carácter latino. La obra, que recibió una estupenda interpretación por parte de la orquesta muy bien guiada por Prieto, lleva a los auditores desde lo festivo a lo doloroso sin dejar sus descripciones tan fuertes como aquélla de los remos en la sección final. Una frase en falso en uno de los cornos no empañó la brillante versión.

Luego, Guillermo Milla, el destacado oboísta de la Sinfónica, interpretó el “Concierto para oboe y cuerdas en La menor” de Ralph Vaugham-Williams. El amable y musical sonido de su instrumento se complementó con el hermoso y cuidadoso sonido de las cuerdas, donde el director mantuvo los balances en todo momento. En general la obra no presenta mayores desafíos, y ahí predominan las secciones líricas, salvo en el final de gran virtuosismo que obliga al solista a un despliegue técnico mayor. Guillermo Milla lo enfrentó en buena forma y así recibió una entusiasta y justa respuesta del público.

Yo te ama, Porgy

Cerró el programa, la suite de concierto de la ópera “Porgy and Bess” de George Gershwin, obra que se ha convertido en un verdadero “caballo de batalla” desde su estreno en Chile en la década de los ‘80. En todas las últimas presentaciones los intérpretes han sido la Orquesta Sinfónica, el Coro Sinfónico y desde hace más diez años la soprano Cecilia Frigerio junto al barítono estadounidense Lawrence Craig.

Al talentoso Carlos Miguel Prieto no le vimos totalmente compenetrado del estilo, pues le falta ese carácter más popular y sensual de la obra de Gershwin, o sea el swing que es la esencia de esta música. La Orquesta y el Coro Sinfónico (preparado por Hugo Villarroel), tuvieron un desempeño adecuado. En el caso del coro, una vistosa desafinación se debió a la nota que le dejó la soprano solista.

Otro aspecto destacable es el entusiasmo contagioso con que cantan, y la solidez de los agudos de las sopranos. En el caso de los solistas, cabe decir que fueron “más teatro que voces”, particularmente en el caso de Craig, quien no sólo fue vistoso en su vestuario sino que además lo fue en su exagerada actuación, llegando incluso a confundir sus dos personajes (el mafioso y el ingenuo), transformando esta tragedia en una comedia. Sin duda que estos recursos tienen eficacia en el público, que goza con sus gestos, saltos, y bailes.

En el aspecto vocal, Craig está disminuido. Recordamos sus magníficas presentaciones anteriores. Aunque en esta oportunidad conservó su musicalidad y afinación, no es menos cierto que a veces sus agudos fueron cercanos al grito. En todo caso queda claro que el barítono piensa en el espectáculo, logrando transformar la presentación casi en “su propio” espectáculo.Creemos que su talento no necesita de estos aditamentos.

La destacada soprano chilena Cecilia Frigerio, de una vasta y exitosa trayectoria, no respondió en esta oportunidad a sus pergaminos. Con una voz muy pequeña, imperceptible a ratos, no cantó ninguno de los “glissandos” claves en esta música. Sus agudos fueron precarios y lo que es más grave, con afinación errática. Claro está que con su gracia y actuación, -más sobria que su compañero- logra salvar sus partes, pero creemos que ella sabe bien que en esta presentación estuvo muy alejada de su calidad.

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