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"Soy neoyorquina, artista y mujer, probablemente en este orden"

La artista estadounidense reflexionó junto al público chileno con motivo de su primera visita a nuestro país, para presentar en escena su disco Homeland (2008).

30 de Agosto de 2008 | 16:06 |

El día en que la expedición no tripulada de la Agencia Estadounidense del Espacio (NASA) llegó por primera vez con éxito a Marte, Laurie Anderson estaba pendiente, en el laboratorio central de la NASA en California, como parte de la señera residencia artística que inició en 2002 en la agencia espacial. Seis años después Anderson está en un encuentro abierto con el público chileno en el capitalino Museo de Arte Contemporáneo, un día antes de debut del sábado 30 de agosto en Chile, y recuerda ese día con precisión.

-Esa fue la experiencia más visual que he tenido en mi vida -recalca la violinista, compositora y artista visual-. Y hecha sin imágenes en absoluto. Sólo números. Porque aún no tenían cámaras en Marte. Veíamos una serie de números que cambiaban e indicaban lo que sucedía con el "aterrizaje". Unos indicaban que la nave había entrado en la atmósfera del Marte. Otros indicaban que el paracaídas se había abierto. Otros indicaban que el pequeño robot abría sus paneles captadores de energía solar y entonces empezaba a tomar fotografías en alta definición en 360 grados.

Laurie Anderson llega a Chile con esa experiencia y otras sumadas a su actual trabajo, su disco Homeland (2008). Es la base de la gira Homeland Tour, una puesta en escena en la la artista cuestiona el poderío estadounidense y conjuga elementos como la música electrónica, los instrumentos análogos, la voz, la poesía, los medios audiovisuales y, por cierto, la presencia de su compañero  Lou Reed como invitado en un par de momentos de la presentación. Esa y otras impresiones compartió con la audiencia chilena antes de subir al escenario.


Sobre su residencia en la NASA


-Fui la primera artista en tener una residencia en la NASA. Y fui también la última (risas). Hay un senador en el Congreso, deben tener también este tipo de personaje en Chile, básicamente dedicado a hacer ruido, que está pendiente del presupuesto de la NASA. Entonces revisa (imita una voz) "treinta trillones para satélites espaciales, otros tantos para investigación, y, oh: veinte mil dólares para un artista en la NASA. Esto debe parar". Y está muy orgulloso de haberlo hecho. Ahora bien, estoy tratando de reinstalar este trabajo. No para mí, sino para que alguien más lo intente. Porque pienso que es una muy buena idea tener a un artista residente en la NASA. Y tener a un artista residente en la Casa Blanca. Y en en Congreso, en la Corte Suprema. Los artistas ven el mundo de un modo distinto. De hecho esto también es el tema de la performance que voy a mostrar en Chile.


Sobre el orden y el caos


-Los artistas, como cualquier persona, buscan patrones. Pueden ser patrones obvios o provenientes del caos. Pero incluso esa clase de caos tiene algún tipo de patrón. La reglas a veces son útiles, pero romperlas es refrescante. Una de mis ideas favoritas sobre la estuctura tiene que ver con la narrativa. (El cineasta francés) Jean Luc Godard dijo que cada historia debe tener un comienzo, un desarrollo y un fin, pero no necesariamente en ese orden. Uno se cuenta a sí mismo una historia sobre quién es, para poder vivir. Soy una artista, o eso es lo que quiero. Es sólo una historia, algunas palabras. Cuando te das cuenta de que está hecha de casi nada se vuelve algo muy estimulante y lleno de potencial.


Sobre el sentido de la experimentación


-Uno de los momentos más difíciles de mi vida como artista fue hace algunos años, mientras trabajaba en ciertos proyectos y estaba siguiendo mi estilo: tenía un estilo, era un estilo propio, mi estilo, y estaba ok, pero soy una artista experimental: tengo que experimentar. Sólo hacer su estilo una y otra y otra y otra vez, ¿qué es eso? Es como hacer zapatos. Uno puede mantener su rol como una artista cool, decir las cosas correctas, exponer en los museos adecuados, ir a los lugares que corresponden. Tal vez para romper esto quiero probar hacer lo que no he hecho. Ponerme en situaciones en las que no tenga idea de qué decir o cómo actuar. Hice un montón de experimentos con eso. Trabajé un tiempo en McDonalds. Fui a una granja en Pensylvania, donde había cero tecnología, y otros  experimentos como ésos.

Anderson se refiere a su permanencia en una granja Amish, comunidad religiosa contraria a los adelantos del estilo de vida moderno, y a su trabajo como empleada de un local de McDonalds en el barrio chino de Nueva York en 2001, que dio origen a su trabajo Happiness (2001).

-Recomiendo trabajar en MacDonalds por algunas razones. Una es que trabajé entre gente de origen chino y me preguntaban de dónde era yo. "¿Usted es alemana, no?" Y me empezaron a llamar la alemana. "Que la alemana haga tal hamburguesa". Y verse como alemana es de gran ayuda si trabajas en McDonalds: se supone que eres muy eficiente. Por otro lado, puedes llegar a idealizar una cultura distinta a la propia. Si sólo me desprendo de mi iPhone, de mi computador, de mi auto, de mi trabajo, para vivir en una cultura simple… ok, fui a esta granja, donde no había nada que hubiera sido inventado en los últimos trescientos años. Y en esa familia tenían un tipo de discusiones en cámara lenta. Ella reprochaba algo, él respondía después de media hora. En el fondo nunca tenían una discusión real, se ahogaban dentro de su propia bondad. Y yo pensaba "Llévenme de vuelta a Nueva York, donde la gente sí puede tener una discusión". La experimentación para mí es sólo un modo de salir de mi situación real. Por supuesto cada uno tiene su punto de vista. El mío es el de neoyorquina, artista y mujer, tal vez en ese orden. Así es como veo el mundo.


Sobre sus planes


-Cuando alguien me pregunta cuál será mi próxima obra, siempre me equivoco por completo. Porque a veces empiezas a trabajar en algo que crees que va a ser una obra y se vuelve cualquier otra cosa. Lo mejor de trabajar con distintos tipos de herramientas es que ellas te enseñan cosas. Hablábamos recién de esos momentos en los que creemos que no volveremos a tener una idea más. Y estoy segura de que no hay nadie que no haya experientado eso. Una alternativa al suicidio en esos momentos es sólo relajarse un poco y jugar con tus herramientas, las que sean: palabras, imágenes, notas, moverse, sin plan, y de pronto algo llega por tu propia curiosidad. A veces el material y la idea se mezclan en una forma muy particular, de nuevo, sin reglas, y uno inventa ese modo cada vez que crea algo nuevo. A veces las empresas de tecnología me contactan porque tienen una herramienta muy cool, pero que no significa nada en sí. Entonces se necesita un poco de contenido, y se supone que uno vierte significado en ese objeto. Pero creo que lo mejor es cuando uno puede centrar eso en su propio trabajo.


Sobre la necesidad del arte


-Considerando que mencionas la represión (tras el comentario de un asistente sobre la activa referencia a los trabajos de Anderson durante la dictadura en Chile), deberíamos mencionar la relación entre el arte y la política, que es una situación difícil. Mi enfoque es que el periodismo del arte, los periodistas, se han vuelto entretenedores. Así que por qué los entretenedores no podrían hacer un poco de periodismo también. Porque trabajamos con el mismo material. Palabras e imágenes. Se puede empezar una guerra con palabras. Son tan poderosas. Por ejemplo, en noviembre pasado nuestro Presidente, que pronto será ex Presidente (aplausos) estuvo hablando de que tal vez deberíamos invadir Irán, y argumentó la presencia de armas de destrucción masiva. Y eso es un cuento conocido: es un viejo cuento, pero sigue funcionando. Así de estúpidos somos. Porque no tiene que ser una historia real: tiene que ser una buena historia. Con un villano, algún loco frenético, con armas escondidas, un tesoro escondido, algo escondido. Y me doy cuenta de que los artistas necesitan contar una historia mejor. Más poderosa. ¿Verdadera? No lo sé. Puedes decir que el arte debería servir para construir un mejor lugar. ¿Es cierto? En cierto modo es una idea muy decimonónica. Porque tienes que preguntar, ¿mejor para quién? Es muy difícil emitir este tipo de juicio. Y los artistas cuentan con herramientas muy agudas. Por lo tanto deberíamos ser también muy cautelosos en cómo usamos esas herramientas, porque muy rápidamente algo se puede volver un factor de propaganda.


Sobre la política contingente


-Sólo quisiera hacer un comentario sobre eso (tras una pregunta acerca de las inminentes elecciones presidenciales en EE.UU.). Odio cuando la gente me dice qué pensar y que decir. A veces ni uno sabe cuál debiera ser su rol. Es lo que cada uno siente. Ustedes tienen el privilegio de inventar su propia forma, y nadie pueder decirles cómo se debe hacer. Larga vida al arte.

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