EMOLTV

Hijo y viajero ilustre de Valparaíso

Por escrito, con sonido y con imagen en movimiento, una serie de artistas de esa ciudad estrenará este fin de semana una antología y un homenaje al músico porteño Álvaro Peña, el chileno que está en los inicios de la historia internacional del punk y que lleva cuatro décadas de música entre Europa y su puerto natal.

04 de Diciembre de 2008 | 18:15 |

Discos, libros, documental y música en vivo son las cuatro discipinas con que una serie de artistas de Valparaíso rendirá este fin de semana, en esa ciudad y en la capital, un reconocimiento a Álvaro Peña, músico porteño iniciado en los años '60, establecido en 1973 en Inglaterra y vigente hasta hoy entre Chile y Alemania, su país adoptivo.

Peña es un cantante y autor que desde 1977 mantiene una carrera con más de quince discos grabados y reconocido sobre todo por haber integrado entre 1974 y 1975 el grupo The 101ers, la primera banda del músico Joe Strummer, quien a contar de 1976 se haría famoso a escala mundial como líder del cuarteto punk inglés The Clash.

Varios tributos al músico serán presentados este fin de semana. Se trata del libro-disco Las canciones de Álvaro Peña, con todas sus letras junto a un ensayo y a una antología de grabaciones. También habrá un adelanto del documental Álvaro de Valparaíso, en torno a su más reciente visita a la ciudad este año, y será estrenada la obra musical del disco La flor inexistente, todos proyectos ganadores del Fondo para el Fomento de la Música Nacional este año.


Sonido de ciudad jardín

El libro es una trilogía. En el primer volumen, Las canciones de Álvaro Peña, de 271 páginas, están compiladas las letras de todas las canciones del músico, entre 1974 y 2008, en una edición bilingüe antologada y traducida por el propio autor. El segundo volumen, Señales crujientes, es un ensayo sobre la obra de Peña preparado por el periodista René Cevasco.

Y el tercero es un CD de 21 canciones, con títulos como "Valparaíso no me verá morir", "Leche materna, no en polvo", "Green velvet suit", "Made of wood", "La repetición mata", "Casi casi gané" y "Drinking my own sperm", que fueron seleccionadas por Ignacio Corses y Gonzalo Ilabaca, pintor y amigo cercano del cantante.

-Más que un ensayo es una suerte de tesina (tesis de extensión breve). No es una biografía exhaustiva, se trata de generar coordenadas y establecer puntos de discusión. En un país donde casi no existen box sets (ediciones disqueras de colección), ésta es una forma de acceder a la música de este personaje -explica René Cevasco, quien conoce a Peña desde 2000 y ha entablado periódicas conversaciones con él.

-¿Cómo funcionaron entre las diversas disciplinas de estos trabajos?
-Es interesante aportar en un personaje cuya obra en Chile es mayoritariamente desconocida -comenta Cevasco-. Queríamos devolverle la mano en el sentido en que en este país hay muchos artistas que pasan inadvertidos y son subvalorados, y Álvaro siempre era visto como un personaje extravagante, y no a partir de la música. 

El periodista usó como base la audición de 88 canciones originales del cantante para su trabajo.

-Existe una coherencia dentro de la obra, que tiene que ver con la pérdida y con mucha nostalgia, como me dijo en alguna conversación. Sin ser el típico caso del exilio, él llega a Europa, tiene que hacer música para sobrevivir y en ella refleja esos elementos. Álvaro pierde sus documentos, pierde a su familia, pierde su nacionalidad de alguna manera, y en sus canciones reunió estos elementos de nostalgia. Por eso (el ensayo) se llama Señales crujientes, por ese concepto de su sello Squeaky Shoes ("Zapatos Crujientes") y porque él mismo tiene un tono chillón, muchas veces desafinado.

Entre esas canciones Cevasco distingue rasgos como el nihilismo ("Drinking my own sperm"), el alejamiento de Chile y la distancia con Latinoamérica ("Pálido sol"), la vida natural y el cambio climático ("Leche materna, no en polvo" o la reciente "Sol") y una visión perdedora del amor ("Made of wood", "Green velvet suit", "Liceo Número 1 de Niñas"), además de otros cruces regionales.

-Álvaro, al igual que los primeros Jaivas, está muy conectado con un sonido que sólo se podía dar en Viña del Mar, con la orquesta del Casino, de Izidor Handler. Es la orquesta que participó en el primer Festival de Viña y tiene que ver con la Ciudad Jardín, con las transformaciones de fines de los años '50. Es diferente al sonido porteño (de Valparaíso), que es más de rock and roll. Yo hablo de la mediterraneización de ritmos tropicales como el son cubano, la bossa nova, el bolero. Es un sonido que se comparte de alguna manera con el piano de Claudio Parra (de Los Jaivas), un sonido de Viña que no ha sido reconocido.


Peña en Playa Ancha

Al mismo tiempo será exhibido un adelanto de quince minutos del ya terminado documental Álvaro de Valparaíso, realizado por la productora audiovisual Trinacrio y dirigido por Alejandra Fritis. Filmado en mayo y junio de 2008, se trata de uno de los títulos de la serie de documentales "Tierra de sonidos", en torno a las vidas de un grupo de músicos porteños.

-Es un documental de seguimiento a la visita que (Peña) hizo este año -explica la directora-. En ese momento hablamos de su trayectoria, de sus canciones, y a través de eso recreamos todos los viajes previos que ha hecho. La riqueza de Álvaro está en su manera de pensar y crear, pero al mismo tiempo es un hombre sencillo, que cuando viene a Valparaíso cumple con las mismas cosas.

-¿Hay coincidencias entre el documental y los demás trabajos?
-Esto viene a ser un aporte visual y sonoro al lanzamiento del libro, y por haber trabajado con Gonzalo (Ilabaca) hay puntos de coincidencia. Cevasco es un estudioso del tema y pone en contexto a Álvaro; nosotros tenemos un aprecio por su labor y sobre todo por el ser humano, y esa mirada se refleja en el documental.

El cerro Playa Ancha, el paseo Atkinson, el muelle Prat y el paseo en lancha por la Bahía, el cementerio de Recreo en Viña del Mar donde están sus padres, el colegio Mackay donde estudió, las tiendas de lencería de la calle Victoria y la casa donde nació en Avenida Francia son algunas de la locaciones de Peña en su puerto natal. El documental completo será estrenado el 19 de diciembre en el Teatro Municipal de Valparaíso, al mismo tiempo que otro trabajo sobre el músico porteño Payo Grondona, y con la música en vivo de Camila Moreno y Mauricio Redolés.

Finalmente será presentado en vivo el disco La flor inexistente, subtitulado Banda sonora de una película que no existe y grabado por el músico Luis Toto Álvarez en compañía del propio Gonzalo Ilabaca (voz ) y Rodrigo Catalán (contrabajo), con los músicos invitados Carlos Canales y Lucax Santana. Después de integrar entre 1992 y 1994 la primera formación de la banda rockera LaFLoripondio, natural de Villa Alemana, Álvarez ha mantenido una carrera individual y desde 2003 graba discos como solista.

-Cuando LaFloripondio estuvo con Toto Álvarez tuvo su mejor época, del '92 al '94 -destaca René Cevasco-. Tuve la suerte de estar ahí y ver cómo surgían los temas del primer disco (Muriendo con las botas puestas, 1994). Era un rock noventero, con peso y agresividad, pero también con cierta cuota de vanguardia y con temas que reflejaban ese mundo extraño de la Villa Alemana de los años '90. Toto tenía una formación mayor que la del rock and roll, fue el primero en empezar en la improvisación junto a Uñas Negras en la Quinta Región y tiene un universo más grande.

El único ausente por ahora de estas actividades será el propio Álvaro Peña, quien en estos días permanece en Alemania y tiene prevista para abril o mayo de 2009 su próxima visita a Valparaíso, explica el periodista. "Pero él sabe de esto, está feliz porque ha sido un año bueno para él. Cuando actuó este año en el Teatro Municipal estaba lleno, había niños y personas de la tercera edad; además se está haciendo el documental, hay otro trabajo parecido en Alemania. Siempre son pequeñas victorias para él".

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?