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Santiago a Mil cierra los estrenos internacionales con "Sucio"

Con la obra argentina sobre tres hombres en una lavandería, el festival ya comienza a bajar el telón.

22 de Enero de 2009 | 12:06 | Sebastián Cerda, El Mercurio Online
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Durante el tiempo que tarda en lavarse una carga de ropa sucia en una lavandería, tres hombres ponen arriba de la mesa los distintos enfoques sobre la masculinidad.

Santiago a Mil

SANTIAGO.- Hay obras de teatro que acuden al delimitado espacio de tiempo que ofrece una situación particular, como margen para contar una historia.

En Santiago a Mil aún puede verse "Clase", de Guillermo Calderón, en que una clase en un liceo sirve para que un profesor y una alumna desmenucen la educación. O "Partido", de Cristián Plana, en que un carabinero y su mujer evidencian los resabios del más añejo fascismo, aún presentes hasta en la esfera íntima. Todo mientras transcurre un tiempo completo de un duelo futbolístico, entre las selecciones de Chile y Argentina.

Y en el caso de "Sucio", la obra trasandina que cierra los estrenos internacionales del festival teatral, tres hombres deben compartir el tiempo que una carga de ropa sucia tarda en ser lavada por una máquina. Pero, por supuesto, no es la higiene el tema de fondo. La situación terminará llevando a los personajes a una progresiva desnudez interior, para dar cuenta de las ideas imperantes en torno lo masculino, pero también de la soledad y la familia, entre otros ámbitos.

La obra llega hoy al Centro Mori de Parque Arauco, donde se podrá ver un montaje que surgió tras un trabajo netamente colectivo, luego de que los actores Carlos Casella, Juan Minujín y Guillermo Arengo, llegaran donde los directores Mariano Pensotti y Ana Frenkel. Entonces comenzó una verdadera lluvia de ideas para dar con la obra que buscaban.

"Al principio no sabíamos dónde íbamos. Lo que había era esta idea de trabajar con el mundo masculino, porque partíamos de esta situación concreta: son tres actores, de características distintas, vienen de recorridos diferentes. Uno está más ligado al teatro, otra a la danza, otro a la música. Y conmigo y Ana pasa lo mismo: Ella viene más de la danza y la coreografía, yo vengo más del teatro y el cine. La idea era mezclar un poco todas esas disciplinas y ver qué aparecía, qué historias salían y qué podíamos contar", relata Pensotti.

-¿O sea que es una obra multidisciplinaria?
-Es una obra que está construida con elementos diferentes de distintas disciplinas, donde hay cosas que tienen que ver más con el movimiento, con canciones o con textos. Pero para nosotros todos esos elementos están ahí para narrar las historias de estos personajes. No es que quisiéramos hacer un collage de disciplinas. Nos interesaba que cada situación, ya sea coreográfica, musical o con un texto, siriviera para contar un aspecto nuevo de la vida de estos personajes.

-Y tratar el tema de lo masculino, ¿es la propuesta con que los actores se acercan a ustedes, o va saliendo de las conversaciones?
-No, en realidad empezó a surgir a través de las conversaciones, de las improvisaciones, del trabajo. Hay ideas, situaciones que creamos, textos que escribí y que ellos modificaron. Y a partir de allí surgió la temática unificadora alrededor de lo masculino, de qué significa ser hombre en este momento. La masculinidad nos sirvió como hilo conductor, pero no es la única temática: Está la idea de la soledad, lo que se muestra, lo que se esconde, lo que no se puede decir abiertamente, y todo esto lo relacionamos con la masculinidad.

-¿Crees que ésta se encuentra algo trastocada, que los estereotipos a su alrededor estpan cambiando?
-Claro. Pensamos cuál es el lugar de lo masculino hoy, cuando han cambiado los paradigmas en torno al hombre. Estos hombres se desnudan metafóricamente en el lavadero, un lugar anónimo, solitario, asociado a lo nocturno, donde uno está prácticamente abandonado durante la hora que dura el lavado de una carga de ropa.