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El cantautor digital viene de vuelta

Cualquier cosa menos emergente, Javier Barría es un cantante y compositor chileno que a sus 29 años va a estrenar este sábado su décimocuarto disco: Introducción a la geometría. Adelantado a la actual generación de solistas por Internet, Barría debuta en la gran liga.

12 de Junio de 2009 | 10:44 |

Javier Barría acostumbraba a usar la expresión "Yendo de la cama al living", aprendida del título del primer LP ochentero de Charly García, cuando se trataba de señalar su rutina de trabajo, entre el dormitorio y un computador que tenía instalado para grabar sus canciones en el living de la casa. Ahora la rutina es distinta, explica.

-Ahora es "Yendo de la cama al suelo". Es que me compré un notebook.

Aunque falta que compre todavía una mesa para poner el notebook encima, ése es sin duda un avance en la carrera de este cantante y compositor chileno. Y no es el único en estos días. Por más emergente que parezca, Javier Barría viene tocando y cantando desde 2002 a la fecha, y desde entonces ha editado catorce discos a razón de casi dos por año: el promedio exacto es de 1.75 discos anuales, una marca sin precedente en cualquier liga nacional. Pero su nuevo álbum también es distinto a todos los anteriores.

Ese disco se llama Introducción a la geometría, el mismo que el músico va a lanzar con un concierto este sábado en la radio de la Universidad de Chile (ver recuadro) y es el primero de su historia que hace con grabaciones preliminares a las versiones definitivas, ese tipo de registros de prueba que reciben el nombre de maquetas o demos.

-En cambio todos los discos anteriores son demos en el fondo. Son todos grabados a la primera toma. Una canción como "Ciego, nudo y desenlace" (de su gran disco Ciudadano B, 2007) la grabé al día siguiente que la hice.

Es por razones como ésa que Javier Barría es, además de prolífico, un adelantado chileno a toda la generación de solistas que en los últimos dos años ha proliferado en torno a una característica común, más allá de sus diferencias musicales: el uso de las más diversas herramientas sociales de Internet para difundir su música, desde Fotolog o Podcast hace algunos años hasta MySpace o Facebook en el último tiempo. Ahora que hay muchos más cantantes en esas plataformas caseras, el autodenominado "cantautor digital" viene de vuelta.

A los 29

También hay un cambio de sonido en Introducción a la geometría, con más teclados, más guitarra acústica y menos guitarra eléctrica, dice. "Eso fue consciente. Tratar de que se distinguiera mucho de mis otros discos. Eso me tiene conforme, es algo nuevo pero a la vez tiene un sello mío. La voz, la onda de las letras son lo mismo. Cambió un poquito el ropaje".

-¿Por qué reemplazar guitarras por teclados?
-En parte influyeron mis actuaciones en vivo. La mayoría son con guitarra acústica, y en solitario. Este disco está influido directamente por ese sonido. De hecho muchas canciones fueron creadas en vivo para ser presentadas de esa manera. Es como hacer covers de mí mismo.

-En algún momento tuviste el propósito de hacer canciones más simples, con menos acordes. ¿Está cumplido?
-Ah, no, eso no se ha cumplido mucho. Está la idea todavía, pero para este disco no fue tan necesaria. Si la canción pide más acorde, los pide. Este disco está lleno de colores, es bien puntillista, bien arreglado, se fue dando eso en el camino. Ésa es una idea que de todos modos quiero concretar en algún momento. De hecho el disco nuevo que estoy haciendo ahora tiene mandamientos.

-¿Cuáles?
-Va a ser sin batería, sin programación, sin percusión, básicamente piano y guitarra, poquitos elementos. Y hartas voces -dice, con la canción "Tiza" en su sitio en MySpace como muestra-. Es pura guitarra, coritos y la voz. Ésa es la premisa.

-¿Y éste también tiene mandamientos? ¿Cuáles son?
-Me propuse que la guitarra acústica fuera la base de todas las canciones. Y que la guitarra fuera sobre un esqueleto de secuencias, que suene bien maquinístico. Acá no trato de imitar a un baterista, como en el otro -compara, y en las letras también hay un cambio-. No están tan melancólicas ni sombrías como antes, aunque igual traté de meter en un par de temas algo más angustiante.

Se refiere a la canción "Sábado solo", que incluye el verso "Los dieciocho que nunca regresan y se vuelven veintiocho".

-Se trata de la nostalgia de la adolescencia. Este disco también tiende recuperar el sonido de la música que escuchaba a los dieciocho.

-¿Ese tipo de versos identifica más a la gente? ¿Como el de Álvaro Henríquez en "Feria verdadera"?.
-"A los veintinueve quién no es / frágil, doliente, cínico y valiente" -canta Barría, que de hecho tiene 29 ahora-. Sí, de hecho también me acordé en un tiempo de eso. Ese disco (La sangre en el cuerpo, 1999, de Los Tres) me encanta.

-¿Con esos versos sobre la edad es más fácil conectarse?
-Sí, puede ser. Obviamente no lo pensé así, pero ya he tocado esa canción en vivo desde el verano y mucha gente me ha hablado de ella. Les llama la atención. Ese tema es bien único en este disco, el más nostálgico y melancólico. Los otros se pueden interpretar de hartas maneras, hasta algunos que pueden hablar de la muerte, a la soledad. En el fondo son todas cosas femeninas: soledad, muerte, nostalgia, la ensoñación. El género de la palabra.

-¿Y eso sí fue casual? ¿O también es un mandamiento?
-No, para nada, se fue dando. Me empecé a dar cuenta ahora, cuando me dijeron que había que hacer entrevistas -se ríe-. Entonces me puse a interpretar yo mismo las letras con la distancia del tiempo. Y con esa distancia hay letras que se pueden ver de varias maneras.