Una de las obras centrales de la muestra es el ''Busto retrospectivo de mujer'' (1933) de Salvador Dalí, una escultura en la que una ''larga y fálica barra de pan corona la cabeza de una mujer, dos mazorcas de maíz cuelgan de su cuello y un grupo de
EFE
NUEVA YORK.- El "Busto retrospectivo de mujer" de Salvador Dalí, el "Objeto desagradable" de Alberto Giacometti o el "Desayuno en piel" de Méret Oppenheim son algunas de las esculturas clave del movimiento surrealista y con dimensión erótica, que desde hoy se exponen en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Bajo el título de "El objeto erótico: esculturas surrealistas de la colección" se exhiben 20 piezas de algunos de los artistas más celebrados del surrealismo, que revelan la "dimensión táctil y muchas veces explícitamente erótica de este movimiento artístico", explicaron los organizadores.
La exposición se centra en las obras originadas en el París de los años 30 por artistas como Dalí (1904-1989), Joan Miró (1893-1983) o Méret Oppenheim (1913-1985).
También incluye esculturas de artistas afincados en Nueva York durante las décadas de los cuarenta o cientuenta del pasado siglo como Louise Bourgeois (1911) o Joseph Cornell (1903-1972).
Una de las obras centrales de la muestra es el “Busto retrospectivo de mujer” (1933) de Salvador Dalí, una escultura en la que una “larga y fálica barra de pan corona la cabeza de una mujer, dos mazorcas de maíz cuelgan de su cuello y un grupo de hormigas se reúne en su frente,” detallan los expertos.
Esta pieza de Dalí ha sido definida como “una mujer representada como un objeto de consumo” y se muestra en consonancia con obras del suizo Giacometti como “Mujer con la garganta cortada” (1932), ejemplo del “imaginario misógino frecuente en el surrealismo".
Los trabajos de Giacometti (1901-1966) fueron piezas clave para la vanguardia de este movimiento y representan características fundamentales del surrealismo, como su “Objeto desagradable,” que por un lado “invita a ser tocado por su suave superficie pero que por otro es desagradable por sus amenazantes clavos,” indicó el museo en un comunicado de prensa.
En contraste con las obras de Giacometti y Dalí aparecen las de Oppenheim, una artista alemana que se trasladó a París con tan solo 18 años y que allí contactó a Picasso, quien le inspiró para realizar su aclamado “Desayuno en piel” (1936).
Esta obra surgió por una conversación en una cafetería parisina entre la alemana y Picasso después de que el español admirase su brazalete forrado de piel y decidieran que casi cualquier cosa podría estar forrada de ese material, hasta la taza en la que tomaban café.
Así surgió “Desayuno en piel,” una pieza compuesta por una taza de café, un platillo y una cuchara forrados de piel y que es según los expertos una “extraña combinación de materiales para crear un encuentro erótico".
La exposición, que permanecerá hasta el 4 de enero, demuestra que los surrealistas “ayudaron a redefinir la escultura como una práctica combinatoria y revolucionaron el arte de una manera que sigue resonando en el arte contemporáneo,” dijeron los organizadores.