VIENA.- Tras una década sin dar pasos significativos en la búsqueda y devolución de las obras de arte robadas por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, representantes de 49 países, de decenas de ONG, museos y asociaciones de la comunidad judía se reunieron en Praga para dar impulso a estos procesos de restitución. Pidieron a museos y galerías que abrieran su documentación para determinar el paradero de obras buscadas.
La reunión se celebró diez años después de un histórico encuentro análogo convocado en Washington, tras el cual varios países, sobre todo Austria -que desde 1998 devolvió unas 10.000 obras-, empezaron a devolver bienes expropiados. Sin embargo, abogados y expertos afirman que muchos de los 44 países firmantes de ese acuerdo no han aplicado esos principios. Los mayores obstáculos son las dificultades para determinar la proveniencia de las obras.
Restituir esas obras es complicado. Los nazis conformaron una burocracia dedicada a saquear y reunieron un botín de 600.000 obras de arte y objetos religiosos de judíos y otras víctimas, que fueron subastadas, entregadas a museos o a altos funcionarios nazis, o almacenadas para un museo que Adolf Hitler planeaba construir en la ciudad austríaca de Linz.
Al final de la Segunda Guerra, algunas obras fueron restituidas, pero muchas siguen circulando en el mercado de arte internacional o permanecieron en museos. Sólo en la década de 1990 se dio una nueva oleada de restitución de arte robado en el Holocausto.
"Los nazis fueron muy inventivos", dijo Christoph Bazil, director del comité de restitución de arte de Austria. "Obligaban a los judíos a vender sus obras a los nazis para costear la vida cotidiana, porque eran forzados a dejar sus trabajos o debían pagar impuestos discriminatorios".