Cuando Alice in Chains anunció el lanzamiento de un nuevo disco, sus seguidores reaccionaron creando dos facciones tan extremas como predecibles: quienes esperaban con ansias el primer material en catorce años, y otros menos optimistas que se negaban rotundamente a que el grupo de Seattle grabara sin la su ex vocalista, Layne Staley, quien fue encontrado muerto en su casa en abril de 2002. Jerry Cantrell, el actual cerebro del grupo, decidió permanecer en las segundas voces y de esta manera pasar por alto las peticiones de quienes querían que se hiciera cargo del lugar que dejó Staley. Esa plaza fue asignada a William DuVall, ex vocalista de Comes With The Fall y de grupos poco conocidos como No Walls y Madfly.
Aunque la voz de DuVall es muy diferente a la de Staley, el resultado de Black gives way to blue logra evocar el espíritu del antiguo Alice in Chains. Las nuevas canciones mantienen la esencia oscura y melancólica, aquella que con canciones como “Would?”, “Man in the Box” y “Down in a Hole” marcó a los grungeros más desolados de los ‘90. Porque si Nirvana identificaba a los adolescentes con dramas familiares y estudiantiles, Alice in Chains fue el espejo de una juventud drogadicta que no lograba encajar en un mundo demasiado impersonal y frío.
El buen resultado se debe en gran medida al afiatamiento de los músicos mucho tiempo antes de entrar al estudio de grabación. La primera experiencia de la nueva banda fue en 2005, cuando Jerry Cantrell reunió al bajista Mike Inez y al baterista Sean Kinney para que Alice in Chains se sumara a una serie de conciertos en beneficio de los afectados por el tsunami de Indonesia. Ya entonces Cantrell no quiso ocupar el lugar de Staley y le solicitó a su amigo William DuVall que ensayara las canciones de ese repertorio de manera informal. Desde entonces intensificaron las salidas en vivo con este cuarteto hasta que el regreso definitivo se planificó con este disco, para el que trabajaron con el productor a Nick Raskulinecz, el responsable de algunas creaciones de Foo Fighters y de Rush.
A pesar de las similitudes entre Black gives way to blue con sus predecesores -Facelift (1990), Dirt (1992) y Alice in Chains (1995)- este disco tiene una característica que los otros nunca se plantearon: la colaboración de solistas. En la canción “Black Gives Way to Blue” participan Elton John y la vibrafonista Lisa Coleman, mientras que el multiinstrumentista Stevie Blacke lo hace en “Your Decision” y “Private Hell”. Son colaboraciones que enriquecen el trabajo del grupo y lo llevan a una etapa de apertura musical, dado que ahora no cierran la puerta a la influencia de una figura pop como Elton John. No obstante el estilo desolado y furioso de Cantrell se hace notar y como consecuencia el guitarrista se posiciona como el líder oficial, investidura que antes compartió con Staley en partes iguales. De este modo, Black gives way to blue comprueba que Cantrell es el verdadero hombre que mantiene a Alicia aferrada a sus cadenas.
—Francisca González