POTOSÍA.- Unos 1.200 músicos reivindicaron hoy el charango como boliviano y aspiran a obtener un récord Guinness tras un concierto en el estadio Víctor Agustín Ugarte, en la ciudad boliviana de Potosí, ubicada a unos 4.000 metros de altitud, en el que todos ellos tocaron dicho instrumento.
"A las faldas del gran Sumaj Orcko (Cerro Rico, en quechua) expresamos al mundo que el charango es potosino y boliviano", destacó Mario Virreira, gobernador del departamento de Potosí, sur de Bolivia.
El concierto de los "1.000 charangos" fue organizado por Alfredo Coca, secundado por Ernesto Cavour, Eddy Navia, Eliodoro Nina y Felipe Paniagua, todos destacados charanguistas de grupos musicales como Los Kjarkas, Savia Andina y Los Jairas, que realizaron presentaciones musicales en Europa, Asia y América.
La Sociedad Boliviana del Charango -creada por influjo de William Ernesto Centellas, que murió este año tras una larga enfermedad-, preparó varios ensayos en los últimos 45 días con los participantes de la festiva jornada que se realizó en Potosí.
La Sociedad también inauguró un monumento al charango, obra trabajada en metal y en grandes dimensiones como homenaje a los charanguistas bolivianos.
"Es un trabajo de Marco Medina que hizo en una escultura de metal y que sirve para promocionar este instrumento que nació en Potosí", dijo Daniel Vallejo, presidente de la filial de la mencionada ciudad.
Otro elemento que se destaca de la jornada mundial del charango es la preservación de la madera, materia prima clave para la construcción de cada instrumento.
El director del concierto "1.000 charangos" fue Eliodoro Nina, de la academia de música Helios, de La Paz, quien elaboró la partitura de los seis temas musicales ejecutados por el millar de charanguistas. Nina explicó que las partituras se realizaron en el sistema universal del pentagrama y tablatura.
Los seis temas ejecutados fueron: "Potosino soy", huayno de Humberto Iporre Salinas; "Ven a mí", huayno de William Ernesto Centellas; "La Subida", bailecito de Ernesto Cavour; "Poncho ponchito", huayno de Mauro Núñez; "Orgullosa Pocoateña", huayno y "Viva mi Patria Bolivia", cueca de Apolinar Camacho.
El charanguista Alfredo Coca reiteró que el concierto de hoy se organizó para buscar un récord musical y reafirmar que este instrumento de cuerdas es un patrimonio boliviano.
"Unos 1.200 inscritos participaron en ese hecho histórico. Hubo ejecutantes del charango que llegaron de varias ciudades de Bolivia, Japón, Francia, Alemania, Estados Unidos, México, Argentina, Perú, Ecuador y otros países", dijo Coca.
Explicó que el charango es patrimonio cultural de Bolivia, y su nacimiento data desde la colonia inspirada en la guitarra que trajeron los conquistadores españoles.
"Queremos revalorizar nuestro patrimonio cultural y reafirmar que el charango es boliviano", agregó.
El charango es un instrumento de unas 12 cuerdas, es pequeño y se hacía en base a un caparazón de quirquincho, roedor andino, pero dado que este animal estaba en riesgo de extinción, los fabricantes de charango optaron por utilizar como material la madera con atractivos tallados.
Los ejecutantes de la música andina siempre tienen un charanguista por los sones del pequeño instrumento de cuerdas que es mezcla de guitarra y arpa.
Los participantes del concierto "1.000 charangos" fueron ubicados en tres tarimas dentro del campo de juego, lucían poleras de manga corta de los colores rojo, amarillo y verde similares a la bandera de Bolivia.
Había niños, adolescentes y hasta ancianos entre los ejecutantes del pequeño instrumento de cuerdas. Uno de ellos lucía la careta de "la diablada", danza andina cuyo origen provocó este año fricciones entres los gobiernos de Bolivia y Perú.
Después de cada tema musical las "olas" se apoderaban de los artistas y el público en señal de júbilo.
"El sueño se hizo realidad. Siempre quise tocar mi charanguito en un concierto de tanta gente", dijo Ernesto Cavour, considerado como el mejor charanguista de Bolivia. El músico recorrió los cinco continentes.
En el epílogo se interpretó la cueca "Viva mi Patria Bolivia", considerado segundo himno de los bolivianos.
Los sones del charango, sin duda, cobraron un excelente nivel por la preparación que hubo de los participantes del concierto "1.000 charangos". Todos aspiran al récord Guinness como antes fue logrado por una orquesta de zampoñas en La Paz.