Las tres integrantes participan del juicio desde una jaula de cristal situada a un lado de la sala.
EFE
MOSCU.- El tribunal moscovita Jamóvnicheski comenzó hoy el juicio contra tres integrantes del grupo femenino de rock punk Pussy Riot, que podrían ser condenadas a siete años de cárcel por una actuación antigubernamental en la catedral Cristo Salvador de Moscú.
La vista del juicio, que es transmitida en directo por internet, se celebra en medio de medidas de seguridad extraordinarias, que incluyen un gran despliegue policial.
Nadezhda Tolokónnikova, Yekaterina Samutsévich y María Aliójina, que participan del juicio desde una jaula de cristal situada a un lado de la sala, son acusadas de gamberrismo, según el artículo 213 del código penal, por atentar contra los valores tradicionales de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
El 21 de febrero de este año cinco integrantes de Pussy Riot irrumpieron encapuchadas en una zona restringida del altar del principal templo ortodoxo ruso.
Una vez allí, las mujeres se desprendieron de varias de sus prendas y comenzaron a tocar la guitarra eléctrica, a cantar y a bailar en ropa interior.
"Madre de Dios, echa a Putin", decía la canción, en la que se acusaba al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril, de creer en el presidente de Rusia, y no en Dios.
Tres de las integrantes del grupo fueron detenidas: las otras dos participantes en la acción no pudieron ser identificadas.
La Iglesia reaccionó indignada ante la profanación del templo y pidió un severo castigo contra las mujeres, mientras las cancillerías occidentales han pedido su inmediata liberación.
A la campaña internacional por la libertad de las tres rockeras, en prisión preventiva desde hace varios meses, se sumaron figuras del mundo musical como Sting y Red Hot Chili Peppers.
"Es horrible que las componentes de Pussy Riot puedan ser condenadas a una pena de siete años de cárcel", aseguró Sting en un mensaje divulgado por Amnistía Internacional y que fue recogido por las agencias rusas.
El músico británico aseguró que "disentir es un derecho natural e inalienable en cualquier democracia y los políticos deben asumir con tolerancia este hecho".
El grupo estadounidense Red Hot Chili Peppers también manifestó su apoyo a Pussy Riot en los multitudinarios conciertos que recientemente ofreció en Moscú y San Petersburgo, en los que su cantante, Anthony Kiedis, actuó con una camiseta con el nombre del grupo ruso.