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Born Villain

Aunque hay temas forzados y otros derechamente pretenciosos, en lo medular este nuevo disco logra recuperar al Marilyn Manson que siempre hemos conocido, y que llevaba largo rato extraviado. Eso ya es un avance.

16 de Octubre de 2012 | 14:57 |
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Provocador de masas, ideólogo de asesinos en serie (basta recordar que algunos lo culparon directamente de la masacre de Columbine), artista admirado por gente como Jodorowsky, e imitado incluso por una de las mayores figuras del pop actual, como Lady Gaga. Pocos han hecho tanto como Marilyn Manson y en tan poco tiempo. El problema está en que, cuando se llega al tope, lo que viene es un bajón, y parece que el "reverendo" lo sufrió, por lo menos musicalmente, durante el final de la primera década del siglo XXI. Discos como Eat me, drink me (2007) y The high end and low (2009), marcaron una suerte de retroceso en el camino logrado por obras como Holy Wood (In the shadow of the valley of death) (2000) y The Golden age of grotesque (2003).

Con Born Villain, Manson quiere recuperar su sitio. De alguna forma, volver a ser el personaje que alguna vez encarnó a la perfección: Ese ser oscuro que corroe los cimientos de la sociedad al destapar sus terribles secretos. Será por eso que, siempre provocador, algunos títulos de las canciones presentes en el nuevo trabajo del estadounidense sean "Pistol whipped", "Children of Cain" o "Murderers are getting prettier every day". En eso, Manson no falla. No obstante, aun en esta suerte de retorno sus formas musicales distan de aquel ser iracundo. Sí hay trazos de él en "Hey, cruel world...", tema que inicia el disco, como también en "No reflection", donde el "reverendo" recupera el filo de antaño.

Aún así, hay temas en los que Manson queda al debe. Por muy provocador que sea el título, "Pistol whipped" parece una composición demasiado forzada, incluso dentro de los parámetros del mismo Manson. "Overneath the path of misery", por otra parte, muestra de lo que es capaz el polémico artista cuando quiere ser rupturista y ácido, aún cuando ese tema recuerde a Nine Inch Nails. Esta misma afirmación se puede realizar con "Slo-Mo-Tion" y "The gardener", aunque no con "Children of Cain", canción pretensiosa incluso para los parámetros de Manson.

Esta suerte de dualidad es la que se apodera de Born Villain. Por una parte, la ansiedad de Manson de regresar a su sonido más visceral y, por otra, seguir presentándose como una suerte de demonio elegante, más asertivo que iracundo. Quizás por eso se explica que el actor Johnny Depp sea guitarrista invitado en el tema "You're so vain", original de Carly Simon, para darle ese toque extra de sofisticación. Claro, el disco podría haber prescindido de ello, pero en lo medular logra recuperar al Marilyn Manson que siempre hemos conocido y eso, es un avance.

Felipe Kraljevich M.

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