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Liniers defiende el humor en la prensa: "Funciona como una especie de airbag"

El dibujante argentino recordó sus inicios en las tiras cómicas, y analizó el lugar de éstas en la actualidad.

15 de Abril de 2013 | 12:33 | EFE
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Liniers llegó a España para presentar un nuevo libro.

EFE

BARCELONA.- El dibujante Liniers, que ha hecho de tiras como "Macanudo" —publicadas en el diario argentino "La Nación"— el "airbag" con el que muchos de sus compatriotas han ido amortiguando las sucesivas crisis, recomienda que otros países en similar condición sigan la misma terapia.

"Los diarios que no ponen historietas en sus páginas son diarios sádicos, sólo quieren hacer sufrir", bromea el dibujante bonaerense de 40 años, quien ha visitado Chile tanto para presentar sus libros de ilustración como para acompañar al cantautor Kevin Johansen, dibujando mientras éste canta.

Las tiras de "Macanudo" están integradas por una serie de personajes dispares, entre ellos Enriqueta (una especie de Mafalda postmoderna) y su gato Fellini, grupos de ovejas y pingüinos, el misterioso hombre de negro, la vaca cinéfila, el niño Martín y su monstruo imaginario Olga, además del propio Liniers, transmutado en conejo.

Cada uno de ellos ofrece un registro diferente, que puede ir del humor absurdo a lo surrealista pasando por un existencialismo naif, o la "simple" representación de emociones, una diversidad que hace que el lector diario de las tiras no sepa nunca qué se va encontrar.

El autor de "Macanudo" desconoce qué tiene el humor argentino, con firmas de la talla de Quino o Maitena, para llegar tan lejos y a tanto público. "En Argentina creo que hacemos mucho un humor en defensa propia, porque la situación es de constante crisis (...). El humor es un poco el mecanismo de defensa", argumenta este autor, cuyo verdadero nombre es Ricardo Siri.

"Macanudo" reconoce la influencia de Quino y Maitena en su obra. "Aprendí a leer libros con Mafalda, como toda mi generación", y dice que se siente plenamente identificado con Felipe. "Lo leía pensando que Quino me conocía: mal estudiante, tímido con las chicas y fanático de las historietas, era una definición de mí", compara.

Para representarse en viñetas, Liniers opta por la figura de un conejo, porque cuando se autodibujaba con sus rulos le daba mucha vergüenza que la gente pensara que era un egocéntrico.

"Pensé que si a Matt Groening le fue tan bien dibujándose como conejo vamos a seguirlo", recuerda el dibujante, que conoció al padre de Los Simpson a través de su hermana: "Le gustó mi conejo y quedamos amigos", rememora.

Las esquizofrénicas historietas diarias de Liniers —conocido también por sus cuadernos de viaje ("Conejo de viaje", "Reservoir Books")— funcionan por acumulación, ya que no sería lo mismo leer una tira que leerlas de foma seguida en un volumen.

"Yo esperaba que saliera el primer libro, porque a veces la tira es como leer una página de un libro por día, más difícil entrar", señala Liniers, que agradece que le digan que sus historias, como los buenos clásicos, gustan tanto a niños como a adultos.

"Con Los Simpson y Quino me pasaba lo mismo. Me acuerdo de Mafalda que llamaba a su tortuga Burocracia, y cuando era chico no relacionaba burocracia y lentitud, sino que pensaba '¡qué loco nombre para una tortuga!'. Cuando me hice grande me dije '¡ah! burocracia, qué boludo, cómo no caí", se ríe.

Liniers subraya la dificultad de resultar gracioso. "Tiene que funcionar. Uno puede dibujar muy bien, pero también se puede dibujar gracioso y mal. A mí me gusta la gente que dibuja así y Matt Groening es uno de ellos. Pero veo más gente que dibuja bien que gracioso. Yo trato de estar un poco equilibrado", confiesa.

Entre sus señas de identidad está su obsesión por los pingüinos. "Los pingüinos son un bicho sudaca. Acá no se ven salvo en los zoológicos, allí tenemos a cientos de miles, es muy lindo como diseño, muy chaplinesco, muy fácil de hacerlo gracioso. Además me divertía un personaje comunitario que fuera en grupo, los pingüinos, los duendes, las ovejas", revela.

Liniers, entrevistado en España, aprovechó de entregar su apoyo a los españoles que enfrentan la crisis en su país. "Me recuerda a 2001 en Argentina, cuando había mucho pesimismo en los diarios. Era: 'El país se acabó, no nos recuperaremos nunca más tras el récord de estupideces, estaremos endeudados para siempre'. Allí comencé a publicar la tira y le puse 'Macanudo' para contradecir eso, para ser el 'antiestablisment' del pesimismo", anima.

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