MADRID.- Para Ángeles Mastretta "La emoción de las cosas", su última novela, es una especie de liberación, un "ajuste de cuentas" con su pasado que le sirvió para "poner en orden" su vida.
Aunque inicialmente no pensaba escribir una novela, en el transcurso de su creación los textos autobiográficos que la integran acabaron convirtiéndose en una especie de historia de dicho género, según cuenta la mexicana, quien explica que comenzó su escritura hace tres años, cuando murió su madre.
"Escribirlo fue algo que me curó mucho", afirma Mastretta, quien subraya que su elaboración, junto con el blog que escribe en el diario El País, le sirvió para tener "mucha actividad diaria" y para que gente de todo el mundo empezara "a estar cerca" de ella y a interesarse por "las tontadas" que ella quisiera decir.
En "La emoción de las cosas" (Seix Barral) Mastretta recupera destellos de vida desde tiempos de sus abuelos en torno a un gran secreto familiar: el silencio de su padre a su vuelta a México tras luchar en Italia durante la Segunda Guerra Mundial.
A través de 89 narraciones cortas, la escritora ensambla en una especie de diario su infancia, la vida de sus antepasados italianos, de sus abuelos, de sus padres y la suya propia con sus cuatro hermanos en su México natal.
"Decidí que en este libro solo cabían la familia y la literatura y con esa mirada armé la novela", asegura la autora de grandes éxitos literarios como "Arráncame la vida", "Mal de amores" o "Mujeres de ojos grandes", para quien "La emoción de las cosas" es, sobre todo, un libro "de las emociones, de la memoria, un camino" hacia su pasado.
Mastretta asegura que no le cuesta "ningún trabajo" desnudar sus intimidades en sus obras, algo que justifica por su propensión a "platicar" y por concebir sus libros como "extensiones" de su vida y, sobre todo, de sus largas conversaciones diarias con los que la rodean.