TUNEZ.- El encarcelamiento del joven cantante de rap Alá Yacubi, más conocido como Weld el 15 desató una amarga polémica sobre la libertad de expresión en Túnez, especialmente entre la generación de artistas surgida tras la caída del dictador Zine el Abidín Ben Ali.
El popular rapero, cuyo nombre artístico Weld el 15 (Hijo del 15) hace referencia al Túnez que empezó a forjarse el 15 de febrero de 2011, un día después de la huida de Ben Ali a Arabia Saudí forzada por las revueltas populares que se habían extendido por todo el país, fue condenado a dos años de prisión por su canción "Los polis son unos perros", por lo que jueves pasado ingresó en la cárcel.
"Ahora yo también me siento amenazado", sentenció Wael Meskín, cantante y compositor del grupo alternativo Nawebt para describir la sentencia dictada contra Weld el 15, acusado de instar a la violencia contra los funcionarios y de desacato a la Policía.
Para el joven cantante de 23 años, que asegura no comulgar con la manera de expresarse de Alá Yacubi, dos años de prisión son "inaceptables".
Según declaró, después de lo ocurrido no le queda otro remedio que reaccionar y "asumir la responsabilidad de luchar contra la censura" en sus próximas composiciones.
Yaser Yraidi, músico y artista plástico de 40 años, sostiene, por su parte, que el actual sistema político dirigido por el partido islamista moderado Al Nahda es una "nueva dictadura que amenaza la libertad de expresión".
"Los artistas tenemos que organizar la resistencia", agregó Yraidi.
Asimismo, un desafiante "Pasaman", cantante del grupo de rap "Dab Gultrah Sound System" declaró que "habrá acciones más fuertes y ofensivas que la canción Los polis son unos perros", en la que 'Weld el 15' dice en un momento: "Voy a cortar el cuello de un policía como si fuera un cordero".
"Estamos preparados para luchar musicalmente para obtener nuestra libertad de crear", confiesa Pasaman, para quien "es inaceptable condenar a un rapero porque creó una canción que representa a su generación", mientras siguen en libertad "los que queman el país", en referencia a los salafíes que atacaron la embajada de EE.UU. en septiembre y que fueron condenados a dos años de cárcel, pero sin cumplimiento de condena.
Anas Ben Ahmed, percusionista de 22 años, también asegura sentirse "decepcionado" por la condena contra Weld el 15 por "una composición que representa a la juventud cabreada por el desempleo y la precariedad".
Un pequeño partido político de centro izquierda Al Masar hizo público también su rechazo a la sentencia y reclamó la apertura de una investigación por la "violencia sufrida" por la familia del cantante y por el comité de defensa de Alá Yacubi durante el juicio en el que fue condenado.
"El veredicto de este juicio no corresponde con la naturaleza de los hechos, en comparación con otros casos más graves de atentado contra la seguridad y la unidad del país", dijo Al Masar en un comunicado en referencia a las violentas protestas protagonizadas por grupos de extremistas islámicos.
Para la organización internacional Human Rights Watch (HRW), la sentencia supone una clara "violación de la libertad de expresión".
"Es impactante ver que Túnez continua persiguiendo y encarcelando a artistas, periodistas y blogueros por palabras, canciones o imágenes críticas, pero pacíficas", dijo ayer el vicedirector de HRW para Oriente Medio y el Norte de África, Eric Goldstein, en un comunicado de la organización.
Para Goldstein "es el momento de descartar las leyes que intentan frenar las críticas contra la Policía u otras instituciones del Estado", celosamente protegidas durante el régimen de Ben Ali.