EMOLTV

El amanecer

Diez años pasaron para que la cantante pop chilena lanzara una versión oficial de sus primeras canciones: música de cuando Javiera Mena empezaba a tocar con una guitarra acústica. Aquí la autora habla de Primeras composiciones 2000-2003: su nuevo disco que es también el más antiguo de su vida.

31 de Octubre de 2013 | 13:47 |

En el otoño de 2011 Javiera Mena subió al techo de un liceo en Buenos Aires con una guitarra acústica a cantar una melodía llamada "Supapilapuso" para un catálogo en línea de videos musicales registrados en terrazas de la ciudad. Poco antes, a comienzos del mismo año, llegó a los bosques de Jilotzingo, estado de México, a grabar, antes de la salida del sol y forrada en un traje de peluche para pasar el frío de la madrugada, una canción titulada "Me inhibe", también con guitarra acústica.


En principio son dos de muchas pruebas de las visitas constantes que esta cantante chilena ha hecho en los últimos cuatro años a Argentina y sobre todo México y España para actuar en clubes, festivales y radios. Pero esas dos son al mismo tiempo canciones desconocidas para las audiencias crecientes que en esos países y también en Chile han descubierto a Javiera Mena gracias a éxitos como "Sol de invierno", "Hasta la verdad", "Luz de piedra de luna" y otros de sus dos discos: Esquemas juveniles (2006) y Mena (2010).


Y sin embargo, aunque desconocidas, no son canciones nuevas. Sino al contario. Son dos de las composiciones más tempranas de la autora, de las que ella ya tocaba en vivo en Santiago cuando antes de los veinte años era parte de un variado circuito de música independiente que estaba a años de alcanzar la visibilidad pop que tiene hoy. "Me inhibe" y "Supapilapuso", que en ese tiempo ni siquiera se llamaba así sino "Portales", son evidencias de cómo era la primera Javiera Mena, tal como se escuchaba en un disco que nunca fue publicado en esos días y que sólo circuló en copias piratas o en la Internet de la época, previa a la era de las redes sociales.


Diez años más tarde ese disco está disponible por primera vez en una versión oficial. Se llama Primeras composiciones 2000-2003 y es el retrato de cuando la cantante componía y tocaba en vivo con una guitarra acústica y bajo influencias tan cruzadas e impensadas para la época como Stereolab y Mazapán, Gastr del Sol y Violeta Parra, Cat Power e Inti-Illimani. Esas trece canciones fueron subidas para su descarga digital el mes pasado, en espera del próximo álbum de repertorio inédito en preparación para 2014. Por ahora, el nuevo disco de Javiera Mena es también el más antiguo de su vida.


"Estas canciones empezaron a salir en el 2003, pero desde el 2001 y 2002 estaba sacando afuera temas míos y empecé a grabarlos en el 2001. Hay algunos que hasta los hice en el '99", recuerda: para ese año Mena, nacida en 1983, tenía dieciséis. "Por eso mismo las abandoné después: porque llevaba tanto tiempo grabándolas y ya para el 2004 todavía no salían y yo ya estaba en otra, quería hacer lo que después fue Esquemas juveniles, otro tipo de canción".


-¿Más con teclados?
-Más con teclados, menos guitarreadas, me empecé a meter en los softwares y en el computador.


Canciones como "Vamos" y "Supapilapuso" están entre las más tempranas de la historia. "Antes de eso, en los '90, también usaba el computador, pero era el computador de la familia, y mi papá un día desfragmentó el disco duro y ni me preguntó y me borró todo", recuerda. "Por eso también agarré la guitarra, por ese estar enojada con el computador. Entonces ésta es mi segunda etapa adolescente, cuando empecé con la cosa más guitarreada".


La voz como un instrumento


Grabadas con Walter Roblero (bajo), de Congelador, y Arturo Figueroa (batería y bombo), de Termita, músicos con quienes Javiera Mena recuerda haber tocado en vivo por primera vez entre 2001 y 2002, algunas de estas canciones partieron incluso como instrumentales o con la voz en segundo plano.


-Me gustaba mucho la música instrumental, como la de un grupo que se llamaba Gastr del Sol o esos temas de Inti-Illimani como "El mercado de Testaccio". Alucinaba con esas canciones y tampoco era muy cantora de chica. La voz la tomé no como lead vocals en este disco, que es donde están mis primeros acercamientos a cantar. Muchos temas son así: la voz va acompañando la música, no quería que estuviera muy presentes en la mezcla, como si fuera un bronce o un fagot. La voz era un instrumento más.


Otra de las canciones de esta etapa que trascendieron luego es "Hambre" (que al principio se llamaba "Hambre en la humanidad"), cuando Javiera Mena incluyó una versión house en la edición japonesa de Esquemas juveniles publicada en 2007. "Hambre" está gatillada por una línea de la canción "What keeps mankind alive?", de la obra "La ópera de tres centavos" (1928) de Bertolt Brecht y Kurt Weill, cuyos versos el escritor estadounidense William S. Burroughs enuncia en el documental "September songs" (1994).


-Estaba con la guitarra viendo en Films & Arts este documental, donde salen hablando William Burroughs, P J Harvey, Nick Cave, que agarré muy chica ese gusto por ellos. Y Burroughs menciona este poema de Bertolt Brecht en donde dice a todos los políticos y la gente que tiene el poder que de lo que tienen que preocuparse en primera instancia es de alimentar a la gente, porque la comida es lo primero, la moral viene después. "Food is the first thing, morals follow on". Y yo quería hacer una canción así, también emparentado con Stereolab, que hablaban todo el tiempo cosas que no tenían nada que ver con la pasión ni el amor, sino con filosofía social. A pesar de que era sólo una frase que se repetía igual quería hacer algo así.


-Luego hiciste esa versión electrónica para el disco japonés, ¿pero aquí está sólo con guitarra?
-Sí, aunque igual partió con un ritmo un poco house, pero no lo dejamos. De hecho una de mis primeras aproximaciones al punchi-punchi fue con esa canción. Era una mezcla entre el ritmo y la guitarra, y al final quedó sólo el bombo.


-¿Ahora que salió el disco vas a tocar estas canciones?
-Sí, las quiero meter en mi repertorio, algunas.


-¿Con tu arreglos actuales, o sonando tal cual?
-Sonando tal cual.


-¿Cómo fue volver a escuchar este disco ahora para reeditarlo?
-Ahora pienso en esas letras y es como aprender de cuando eras más chico. Y tratar de volver ahí un poco, porque es más contemplativo, no tan ambicioso. Después la máquina te tira a otros lados.

-Aquí no había ninguna ambición.
-Nada, o sea eran canciones para mí. Para mí y mis amigos, pero no tenía ni siquiera la ambición de que la gente entendiera la letra. Que eso después cambió. En ese tiempo no tenía ni una predisposición a la música ni a enfrentar la composición como ahora, que soy súper de la forma canción. Hacía forma canción, pero no sabía lo que estaba haciendo, sólo estaba transmitiendo algo para mí, ni siquiera para los demás. Entonces ese tipo de estado, tan puro, de pura música, sin tanto análisis, de vivir el presente, es lo que he aprendido ahora al verlo para atrás. Y también el tipo de armonías y melodías que usaba ahí. Quizás más adelante retome eso.

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?