VIÑA DEL MAR.- El pop juvenil volvió a regalar otra postal para el recuerdo al Festival de Viña del Mar, y a demostrar que cuando un nombre de esa esfera anda prendido, en este escenario es sencillamente infalible. Lo han probado grupos como La Oreja de Van Gogh en 2005 —por citar un ejemplo— y hoy lo volvió a probar Jesse & Joy, quienes dominaron al público de esta noche de cierre, de principio a fin.
Tanto, que revivieron una escena que a estas alturas ya era del recuerdo: Antes de que pudieran interrumpir los animadores, se escuchó clarita y multitudinaria la palabra "antorcha", obligando a que Rafael Araneda y Carolina de Moras salieran a entregar el trofeo, amarradito a su versión de oro.
La dinámica se repitió con las gaviotas, cuando la audiencia una vez más le hizo fácil la pega a los presentadores con un grito fuerte y claro, pronunciado de forma totalmente espontánea, sin necesidad de incentivo alguno. Y todo antes de las 22:45 horas.
Fue uno de los efectos que provocaron los mexicanos en su paso por Viña, luego de seis años metiendo temas de tres discos en las radios locales, apuntalados con visitas sucesivas a recintos chicos, medianos y grandes. O sea, trabajaron duro, y los dividendos fueron notorios no sólo en trofeos, sino también en el coro: No hubo canción que galería y palco dejaran sin cantar, desde la apertura con "Espacio sideral" y la siguiente "Me voy", ambas bien representativas de una de las caras del dúo, la de un pop amable, luminoso y colorido (incluso cuando la segunda pretenda hablar de despecho).
La fórmula tiene su clímax en "Esto es lo que soy", una canción que con ojos latinos y dulcificados lee el manual de estadios escrito por nombres como Bono y Brandon Flowers, con las dosis precisas de electricidad acompañando a los infaltables piano y guitarra acústica.
La contracara está en piezas como "Eres mi sol" y "Corre", que explotan el lado romántico y cándido de estos hermanos, y en los que resalta más que nunca el gran atributo de la dupla: La poderosa voz y excelente interpretación de Joy Huerta, quien además se echa al hombro buena parte del trabajo escénico.
La salida no fue fácil, y avistando la consolidación de un desborde que estaba en ciernes, CHV optó por aplicar una medida de emergencia en backstage y arruinar la sorpresa de Tommy Torres, al anunciar la aparición de la dupla en su venidero turno. Aguafiestas, pero en parte se entiende: En Viña, ante éxitos como el cosechado hoy por Jesse & Joy, los riesgos pueden volverse demasiado altos.