Así llegó Conchita al evento que se realizó hoy en Viena.
EFE.VIENA.- La ciudad de Viena es un punto de encuentro para la música clásica, pero la próxima semana será la capital europea del pop, cuando celebre un nuevo año del festival Eurovisión y elija al sucesor, o sucesora, de de la cantante travesti Conchita Wurst.
Para facilitar la transición de estilos, la Ópera de Viena acogió hoy una gala que mezcló arias con baladas y boleros, de la mano y el tenor peruano Juan Diego Flórez.
Este encuentro de dos mundos musicales, bajo el nombre de "Pop meets opera", sirvió para calentar motores de cara a la final del próximo sábado.
Hoy Puccini, Verdi o Rossini se fueron entremezclando con las melodías pop de los cantantes que representan a Irlanda, Chipre, Noruega y Hungría, en un concierto poco habitual en un escenario con tanta fama de conservador como el de Viena y que para este recital puso el cartel de "No hay billetes".
La gala, dentro de la multitud de eventos con los que Viena está celebrando Eurovisión, pretendía hacer justicia al lema elegido para esta edición del festival: "Construyendo puentes".
Los dos pilares esenciales de esa pasarela fueron hoy dos estrellas -una naciente, otra consolidada- de sus respectivos estilos.
El tenor peruano Juan Diego Flórez, uno de los favoritos del público de la Ópera de Viena, cantó un aria en alemán que sirvió de aperitivo para la sorpresa que vino luego.
Poco después salió a cantar Conchita, qioen se llevó el triunfo para Austria en el Festival 2014, y que se ha convertido en una auténtica diva del pop y portadora de un mensaje de tolerancia y respeto a la diferencia y a los derechos de los homosexuales.
Interpretó "Rise like a Fenix", el tema con el que ganó Eurovisión el año pasado.
Ver en el escenario de la Ópera a Conchita, el personaje creado por el cantante homosexual Tom Neuwirth, fue una imagen que ni ella misma, reconoció, podía casi creerse.
"Ha sido hermoso, increíble, un auténtico honor y un privilegio estar aquí como artista pop", afirmó Conchita tras el recital.
Sobre lo que significa que alguien como ella, y lo que representa, entre en un templo del clasicismo y conservadurismo como la Ópera de Viena, Conchita no quiso verlo como derribar barreras, sino como cumplir un sueño que había tenido siempre.