CIUDAD DEL CABO.- Alambre de espino y torres de vigilancia controlarán a los alrededor de 900 aficionados a la música que el próximo sábado oirán los sonidos de la ópera de Beethoven “Fidelio”.
El evento musical en la antigua isla prisión de Robben Island, en Ciudad del Cabo, es tanto un homenaje a los diez años de democracia en Sudáfrica como un recuerdo a los cien años de independencia de Noruega.
Unos 150 euros (183 dólares) por persona cuesta el espectáculo organizado conjuntamente por Noruega y Sudáfrica, con el traslado de Ciudad del Cabo a la isla incluido.
Como antecedentes se tomaron espectáculos operísticos internacionales como la representación de “Aida” de Guiseppe Verdi en Egipto o “Turandot” de Giacomo Puccini en China.
Robben Island es ideal como entorno para representar la ópera “Fidelio”, que gira en torno a los ideales de libertad, y que en Ciudad del Cabo se representó por primera vez en 1989 con ocasión de la caída del Muro de Berlín.
“Aquí hay una cárcel que liberó al guía estatal de Sudáfrica, y aquí está la ópera de Beethoven, que trata sobre eso. Originalmente se basó en una historia real de Marsella, pero podía haberse escrito para Robben Island”, opinó el director Angelo Gobbato de la Opera de Ciudad del Cabo.
Donde una vez Nelson Mandela luchaba por la libertad como el preso más famoso del mundo, ahora toma la posta “Fidelio”.
Beethoven escribió su obra bajo la influencia de la Revolución Francesa, pero ambientó la acción en la España del siglo XVIII. La historia gira en torno a Leonore, que disfrazada de hombre joven (Fidelio) busca en la cárcel a su Florestan, lo encuentra poco antes de su ejecución y lo libera.
Gobbato ve paralelos con la historia de Sudáfrica. “Justo en ese momento en el que todo parecía imposible, como en ‘Fidelio’, hay un cambio dramático y llega la libertad”, dijo el académico, que no ve la representación como una noche normal de ópera, sino, en referencia al cambio democrático en Sudáfrica hace diez años, como una “fiesta del principio democrático”.
Desde comienzos de 1960, en la isla de Robben Island, hoy patrimonio cultural de la humanidad, se confinaba a los presos políticos. La cárcel del apartheid, en la que Nelson Mandela pasó 17 de los 27 años en prisión como preso 46664, es una atracción turística desde 1997.
Su patio interno conforma el escenario de “Fidelio on Robben Island”. Los papeles principales serán interpretados por la soprano nacida en Sudáfrica Elizabeth Connell y sus colegas noruegos Carsten Stabell y Trond Halstein Moe. Estarán acompañados por la Orquesta Filarmónica de Ciudad del Cabo.
La Opera Estatal de Noruega y su ex director Heinz Fricker, que ahora dirige la ópera de Washington, trabajan en la coproducción con colegas sudafricanos.
Gobbato ve la representación como posibilidad de rehabilitar a la ópera, considerada durante mucho tiempo la música de la sociedad blanca en la era del apartheid.
En Ciudad del Cabo, la ópera goza cada vez más de popularidad también entre la mayoritaria población negra. Entre las divas operísticas más conocidas figura Shibongile Khumalo, que acaba de destacar como protagonista de la primera ópera sudafricana “Princesa Magogo”.