Wolverine volvió en solitario a la pantalla grande, interpretado con carisma por Hugh Jackman.
FoxUna película dedicada exclusivamente a "Wolverine" era casi una obligación a estas alturas. El personaje interpretado por Hugh Jackman simplemente se había "robado" las tres entregas de los "X-Men" y mostrar sus orígenes, explorar los caminos que lo llevaron a convertirse en un héroe que reniega de su condición, que prefiere llevar una vida solitaria y nada de trajes fantásticos.
Para la tarea se reclutó a Gavin Hood, un director que se hizo popular dentro de ciertos círculos gracias a su potente drama social "Tsotsi", sobre la marginalidad en los barrios pobres de Johannesburgo. Hood, inexperimentado en el mundo de las superproducciones y los efectos especiales, podía darle un mayor dramatismo a una historia que tiene todos los elementos para ser narrada de esa forma.
El resultado sin duda es dispar. Si bien Hood consigue momentos interesantes y, luego de revisar todo el metraje, queda una sensación positiva sobre las motivaciones que finalmente llevan a actuar a Wolverine tal como lo conocemos, cojea en las secuencias de acción que no ofrecen ninguna novedad respecto a lo "tradicional" de Hollywood. Los resultados, en ese sentido, son absolutamente predecibles.
No queda más que resaltar el aspecto "humano", porque algo de eso hay, en este mutante herido eternamente por las mentiras y rodeado por la muerte de sus seres más queridos. En la balanza también se agrega cierta cuota de humor, un romance un tanto forzado y el arco central que significa su lucha fraternal con Victor Creed.
El "experimento" de poner a Hood al mando de la película trae sus créditos en los momentos más tranquilos del film, como cuando el personaje de Jackman es "refugiado" por un par de ancianos, sin saber las consecuencias. Pero la delicadeza es mínima en una película que explota la adrenalina a partir de cualquier receta, a veces desesperada. De principio a fin, sin duda que hay entretención y suficientes giros como para enganchar, pero a veces se hace difícil no distraerse por las secuencias "estándares" del cine de acción actual. Hay que escarbar para encontrar una historia interesante, bajo una avalancha de efectos especiales.
Video
La transferencia al DVD es simplemente impecable, con una hermosa presentación en formato widescreen (2.35:1) que juega muy bien con una paleta de colores que varía en auqellos momentos delicados y los más frenéticos, sin perder la coherencia. Los menús interactivos son accesibles en español, inglés y portugués.
Audio
La película ofrece tres pistas de audio, la versión original en inglés y opcionales doblajes al español o portugués, todas ellas en un cuidado formato Dolby Digital 5.1. El sonido envolvente se siente desde los primeros cuadros y es usado sin excesos. Hay además una mezcla cuidadosa que, en gran parte de la película, permite poder escuchar las tres capas sonoras de la banda con claridad: diálogos, música y efectos, aunque a veces estos últimos -como es tradicional- se comen al resto. Ojo con el subwoofer, que incluso sin darle gran potencia a los tonos graves, se siente su enérgico retumbar.
Material extra
Uno de los puntos bajos de la edición es la virtual ausencia de materiales adicionales, lo que explica su llegada a las videotecas nacionales más de un mes antes de estrenarse en este formato en Estados Unidos (donde tiene fecha de estreno recién para el 15 de septiembre). Esta versión más pensada para el arriendo sólo trae un adicional: una escena descartada de escasos segundos. Es el costo del "lujo" de tener con anticipación la edición en DVD en Chile.
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