Camila Meza muestra su nuevo disco en vivo: "Éste es un retrato de cómo soy ahora en el jazz"

SANTIAGO.- Desde que apareció entre un poblado contingente de nombres femeninos revivalistas y estilistas del standard jazzístico, Camila Meza no se contentó con recorrer esos repertorios tal como dicta la norma. Su nombre ha sido asociado en los inicios de 2006 a una “nueva ola del jazz vocal”, donde compartió escenarios con contemporáneas como Natacha Montory, Nicole Bunout, Karen Rodenas, Paz Court o Javiera Abufhele. Pero ya se vislumbraba en ella un elemento extra.

Ese elemento se llama guitarra, el primer instrumento que le da un sello propio en la escena del jazz. “Al canto llegué por casualidad. En algunas clases en Projazz mis compañeros me decían que era afinada y un profesor (el pianista de jazz Moncho Romero) me llamó para unas pegas. Me fui quedando con él y cantando en el Sheraton”, recuerda la cantante-guitarrista, quien en sólo tres temporadas dio uno de los saltos más grandes de una carrera musical en emergencia.

En 2006 cantó por primera vez en el club Thelonious, en los conciertos de primera hora de los sábados. Al año siguiente ya tenía un trío y un quinteto, había grabado un disco como sidewoman con los maestros del swing chileno Giovanni Cultrera y Alfredo Espinoza y cerró el 2007 con su propio debut: Skylark. Poco después llevó a su trío a una temporada de cinco meses de conciertos en un crucero por el Caribe y hoy no sólo consiguió una beca por cuatro años para estudiar en Nueva York, sino que además viene llegando de una gira por ciudades de Polonia de nombres tan extraños como Boleslawietz, Slupsk y Poznan.

“Fue impresionante ver gigantografías con tu foto ahí. Los europeos son muy respetuosos y quieren escuchar todo tipo de cosas”, dice, al paso se enorgullece al relatar que en la última de estas ciudades ofreció un concierto en el club Blue Note, con su contrabajista y novio Pablo Menares y el baterista Félix Lecaros. “Es un club de primer orden. La semana anterior a mi concierto había estado tocando allí el cuarteto de (el saxofonista) Branford Marsalis”.

A punto de regresar a Nueva York, donde la esperan siete semestres más de estudio en la New School for Jazz, en medio del barrio bohemio de clubes del Village, Camila Meza presentará un segundo álbum personal este jueves, viernes y sábado en tres escenarios distintos: El Club de Jazz (Macul e Irarrázaval), el Centro Cultural Amanda (los Cobres de Vitacura) y el Bellavista Jazz Club (Patio Bellavista). El disco está editado por el sello chileno Vértice Records y su nombre es Retrato.

-¿Cuál es la imagen de ese retrato?
-La portada misma del disco parece una pintura con muchos colores. Es como un retrato. También es como un verbo armado con dos ideas. Es como decir voy a volver a intentarlo: re-tratar. Y claramente es un retrato de la persona que soy ahora en el jazz.

-Lo primero que hiciste fue tocar y grabar standards y ahora estás inventando arreglos para repertorios nuevos.
-Entre Skylark y Retrato hubo un paso importante. Primero fue interpretar canciones y tocar la guitarra, aprender repertorios y cancioneros y luego tomar algunas canciones que a mí me interesaban y hacer algo nuevo con ellos. Creo que después de dos años de trabajo ha resultado muy bien.

-Tus discos han salido en momentos justos también.
-Skylark lo hice antes de irnos a tocar en ese crucero por el Caribe. Fue como mostrar lo que había aprendido de todos los standards que toqué en esos dos primeros años. Cuando me fui a estudiar a Nueva York a comienzos de año ya venía tocando repertorio nuevo con mi quinteto. Arreglamos canciones de Björk y otros temas brasileños de Ivan Lins y Luiz Bonfá. Incluso una canción de Led Zeppelin que significó todo un desafío. Ya estábamos lanzados en ese repertorio y en esos arreglos que armamos con el Pablo (Menares). Incluso mientras estaba en Nueva York les dije a los músicos “por favor no boten las partes para que grabemos el disco". Así salió Retrato. Es un paso más.

-El próximo sería hacer un disco sólo con composiciones originales, ¿cómo lo ves?
-Aún no me tiro a componer, pero creo que la tendencia de los músicos de mi generación es ésa. Hay muchos que están muy avanzados. En Retrato cerramos el repetorio con un tema mío, que se llama “Púrpura”. No tiene letra pero sí tiene voz. Yo hago una vocalización melódica como su ese sonido fuera un instrumento más del quinteto.

Camila Meza llevará esa voz y las cuerdas de su guitarra de jazz a tres escenarios este fin de semana hasta rematar en una despedida el próximo 28 de agosto en el club Thelonious, el lugar donde debutó. Su nuevo quinteto está formado por estrellas del jazz actual: a Claudio Rubio (saxo tenor), Felipe Riveros (piano), Pablo Menares (contrabajo) y Andy Baeza (batería).