El escultor Daniel Cordero trabaja con un equipo en afinar los detalles de su enorme escultura, a la que el plan original del proyecto pretendía inaugurar en abril de 2010.
Juan Francisco Somalo, El MercurioSANTIAGO.- Aunque el proyecto ya llevaba un buen rato andando, sólo en septiembre pasado se hizo público y la polémica fue inmediata: Un monumento de inusuales proporciones se levantaría en la entrada de Recoleta, en honor al Papa Juan Pablo II, justo frente a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile.
Sin embargo, no bastaba con el patrocinio de la Universidad San Sebastián y el apoyo de la municipalidad de Vitacura. Ya que el Barrio Bellavista es por ley una zona típica, el desarrollo del proyecto requería de la aprobación del Consejo de Monumentos Nacionales, organismo que esta tarde rechazó el levantamiento de la enorme estatua.
Según explicó la vicepresidenta ejecutiva del Consejo, Nivia Palma, la decisión se basó en "antecedentes técnicos que acreditan la inconveniencia del emplazamiento solicitado", aunque mostraron su apertura a homenajear a través de un monumento a la figura del Pontífice.
El proyecto de la estatua a Juan Pablo II había comenzado su marcha tras ser aprobado por la anterior gestión municipal de Recoleta —además de algunos dirigentes vecinales—, que lo visualizaba como parte de una intervención mayor que transformaría toda la entrada sur de la comuna.
Sin embargo, la propuesta generó gran controversia cuando su planificación se hizo pública en septiembre. Ese mes, y con el monumento en importante estado de avance por parte del escultor Daniel Cordero, fue de conocimiento público que la Universidad San Sebastián había desarrollado un concurso para construir la figura, que se ubicaría en la plaza Gómez Rojas, puerta de entrada al Barrio Bellavista y ubicada frente a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile.
Cordero se impuso con un proyecto de enormes proporciones: Su figura del Pontífice tendría 7,5 metros de largo, y sumando el tamaño del pedestal llegaría a los trece metros de altura.
La iniciativa —de la Universidad San Sebastián, apoyada por la universidad Andrés Bello, todas con sedes en el sector— sería financiada completamente por aportes, hasta cubrir el costo de cerca de $400 millones que cuesta el proyecto.
La decisión del Consejo también consideró que no existe una relación vinculante entre lo conmemorado y la ubicación propuesta, marcada por la presencia de la Universidad de Chile y ajena a la visita papal. Además, la instalación del monumento en ese lugar constituiría un hito de resignificación de un espacio cuya vocación urbana es de área verde. Se estimó además que la eventual colocación de la estatua, sobre un estacionamiento subterráneo, no correspondería a la dignidad que merece la figura del Sumo Pontífice.