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Esto es entretenimiento: Beyoncé hizo valer todo su poderío en su debut en Chile

Desde un saludo de San Valentín a un homenaje a Michael Jackson incluyó el estreno de la rutilante estrella pop estadounidense, este domingo 14, en el recinto de Movistar Arena en la capital: música, baile, imagen y éxitos a toda prueba.

14 de Febrero de 2010 | 23:41 | David Ponce, Emol
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Feliz diva de los enamorados: ''Feliz día de San Valentín'', fue uno de los saludos que Beyoncé dedicó a un público rendido a sus pies, este domingo 14 de febrero en Santiago.

Cristian Soto L.

SANTIAGO.- Lo único que no funcionó como reloj fue, paradójicamente, la puntualidad. Pero tras la media hora de retraso con que empezó el show de Beyoncé la noche de este domingo 14 en la capitalina Movistar Arena, desde el primer instante la estrella pop estadounidense no hizo sino desplegar un show sorprendente a cada minuto, con el que dejó marcado uno de los espectáculos más completos que hayan llegado durante la actual era de conciertos internacionales en Chile.

Una voz excepcional, un movimiento de coreografías y baile sin respiro, un soporte en imágenes muchas veces deslumbrante, un régimen de cambios de vestuario permanente y una lista de éxitos a toda prueba son los estímulos que hay en juego, todo el tiempo y al mismo tiempo, en el show de la cantante. Es la sobredosis de estímulos necesaria para mantener prendidas durante dos horas a unas doce mil personas que, sin copar la capacidad completa del recinto, terminaron de transformar el concierto en una fiesta por los cuatro costados.

Y eso que el punto de partida fue el más exigente. El arranque del show con el sensacional impacto "Crazy in love" va a quedar entre lo más demoledor visto en vivo en los últimos años en Santiago, y fue un inicio cronológico, con cita al primer hit de su carrera en 2003. De ahí en adelante Beyoncé hizo un recorrido por su cuantiosa lista de éxitos, bien elegidos y combinados. De las cumbres de más alta energía bailable como ésa pasó también a momentos melódicos, en los que sacó a relucir en especial sus estupendas dotes vocales y la influencia de la música soul o rhythm & blues de raíz afroamericana, que es la garantía más sólida de su poderío musical.

Secundada por un grupo de doce integrantes, todas ellas mujeres, Beyoncé repasó canciones como "If I were a boy", "Diva", "Radio" y, para el cierre, "Single ladies", muchas de ellas remezcladas o recreadas en medleys que aumentaron la dinámica del show. "Feliz día de San Valentín", fue uno de sus varios saludos a la multitud. No faltaron guiños al orgullo afroamericano, imágenes del Presidente Obama incluidas, y cuando promediaba la primera hora de show ella reinició por completo el espectáculo al aparecer en un escenario pequeño justo al medio de la arena, donde multiplicó la devoción con canciones como "Say my name", por completo rodeada de público y de admiración.

"Halo", la última canción de la noche, fue al mismo tiempo la ocasión de estrechar decenas de las manos de ese público a modo de despedida y de rendir un homenaje a Michael Jackson. Era el homenaje literal, porque desde mucho rato antes, y en realidad desde el primer instante del concierto, el show de Beyoncé es la muestra de que nadie mejor que ella ha recogido las lecciones del llamado rey del pop. Es música, baile, coreografía, imagen y administración masiva de emociones todo en uno. En una palabra, es entretenimiento, como Jackson lo llevó a la práctica, como Beyoncé lo está proyectando a nuevos niveles y como el público chileno lo atestiguó en un concierto a todas luces rutilante.

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