El vibrante homenaje tuvo a unas dos mil personas en el Teatro Grande de Pompeya y 80 artistas sobre el escenario.
Francesco SquegliaPOMPEYA.- Hasta las piedras milenarias de Pompeya se conmovieron anoche con el concierto "Hecho en Chile" con el que el grupo Inti Ilimani histórico junto a los solistas Beto Cuevas, Jorge González, Claudia Acuña, Francisca Valenzuela y Denisse Malebrán, y al coro y orquesta del Teatro San Carlos de Nápoles, dirigido por el maestro Massimiliano Stefanelli, rindieron homenaje a Víctor Jara y Violeta Parra: más de 80 personas en el escenario en la primera parte del espectáculo para los temas del "Canto para una Semilla" de Luis Advis y Violeta Parra.
Fue una noche mágica en el Teatro Grande de la ciudad donde el tiempo se detuvo abruptamente hace casi 2 mil años (79 D.c.) tras la erupción del volcán Vesuvio: la presencia del coro, que subrayaba sin estridencias la interpretación de los solistas y los fragmentos en italiano de los versos del "Canto para una Semilla", declamados por dos actrices entre canción y canción, contribuía a la atmosfera sugestiva que se respiró en las dos horas y media que duró el concierto.
Al teatro, recientemente restaurado, que se encuentra en el mismo lugar donde los romanos asistían a sus manifestaciones artísticas (que no eran pocas, ya que hay que acordarse que Pompeya era una ciudad de veraneo de la nobleza romana) se llega atravesando un corredor flanqueado por columnas, y esto contribuye a que el espectador se adentre, sin casi darse cuenta en el mundo antiguo.
Respecto del concierto mismo, aunque todos y cada uno de los solistas dio lo mejor de cada uno, fue especialmente sugestiva la interpretación de "Run Run se fue p'al norte" de Francisca Valenzuela, que cantó los tristes versos del abandono en una excelente adaptación acompañándose solamente con el piano. Anoche fue la primera vez que se presentó la segunda parte del concierto, que incluía diversos temas de los homenajeados Violeta Parra y Víctor Jara, ya que el viernes la función tuvo que ser suspendida a raíz del temporal que azotó la región.
Al final, para la primera parte del "bis", el coro volvió al escenario para interpretar con el resto de los cantantes "Gracias a la vida", que fue aplaudida de pie por las aproximadamente dos mil personas que repletaron el Teatro. Y lo mismo ocurrió con la canción "caballo de batalla" de los Inti Illimani, que de todas maneras deben terminar sus conciertos italianos con "El pueblo unido jamás será vencido".
Al término del concierto, aunque con distintas expresiones todos los cantantes chilenos coincidieron en conversación con Emol, en que el sentimiento predominante era la emoción al cantar en este lugar impregnado no solamente de historia, sino también de sugestión y sufrimiento, unida a otra emoción muy particular al ver las banderas chilenas que se asomaban entre el público.