Con el cantante Hugo Moraga arranca hoy el festival "Rock Carnaza" en Valparaíso

SANTIAGO.- Hugo Moraga no estaba viendo la televisión el domingo pasado, entre otras razones porque no hay un televisor en su casa. Así que al día siguiente se enteró por la prensa de la aparición de un grupo que personificó a Los Prisioneros en el reciente episodio de la serie "Los 80".

Lo que no salió en el diario es que en el mismo capítulo también estuvo personificado él. Un Hugo Moraga de ficción tocó "Romance en tango", una de sus canciones de la época, en una toma ambientada en el recordado escenario santiaguino del Café del Cerro.

-Me habían hablado antes de esa serie. Qué bonito -dice ahora el real Hugo Moraga, que está en la historia musical chilena desde los '70 y '80 en adelante como uno de los autores más personales de esa época.

Guitarrista, cantante y parte de la canción de resistencia a la dictadura de Pinochet que luego fue conocida como "Canto Nuevo", Moraga asimiló influencias del funk y la bossa nova, entre otras, en un repertorio de canciones como "La vida en ti" y la citada "Romance en tango" registradas en una serie de discos que va desde Canciones del sur de mí (1979) hasta el reciente Guitarra continuo (2006). Parte de esa carrera va a cantar este jueves 28 de octubre en la primera jornada del festival Rock Carnaza (ver la programación completa en el recuadro) que se extenderá hasta el sábado en Valparaíso.

-¿Qué te parece que algo que hiciste hace veinte años ya sea parte de una ficción sobre la época?
-Es un poco extraño, porque yo no he dejado atrás nada. Tengo memoria y no tengo olvido. Y esos fueron los años de rabia, muy intensos y, digamos, descomponedores. Y dentro de esa descomposición que había en el ambiente había un montón de gente, entre ellos yo, tratando de componer. Componíamos. Y de la parte de la descomposición quedó un vacío que se siente. Por ejemplo se habla de que va a haber menos presupuesto para el Museo de la Memoria, o acabo de leer un artículo sobre las exhumaciones ilegales (de desaparecidos durante la dictadura) que fueron una segunda desaparición forzada, un olvido más gigantesco. Si me dices que apareció alguien cantando "Romance en tango", me parece que lo que compusimos todavía está, como el otro lado de ese vacío. Perserverando en seguir adelante hacia nuevas generaciones, hacia gente que tenga una nueva vida y viva unos años sin rabia.

-Ahora te vas a topar con varios de esa nueva generación en el festival en Valparaíso. ¿Con quiénes vas a tocar?
-Toco con Gepe y con Manuel García. Me parece interesante que sean de generaciones distintas, porque es una manera de que el público vea una diversidad y cómo se manifiesta el criterio y el carácter de cada uno.

-El festival se llama "Rock Carnaza", un nombre que se refiere a tocar sin artificios, sólo con voz y un instrumento. ¿Suena familiar para ti?
-La verdad es que carnaza ha sido toda la vida. Porque cuando nosotros partimos no había orquesta, no había banda, no había nada. Había bandas que se dedicaron al rock, pero lo que hacíamos nosotros era ir a un café, con la guitarra, tocar una hora y media, dos horas, sin repetir ni equivocarse. De hecho cuando me preguntaban qué es para mí esto, bueno, esto me lleva a una plaza. Siempre hay una plaza donde uno empieza, hay uno que tiene una guitarra, te juntas, empiezas a guitarrear y aprendes un acorde nuevo.

-¿Qué has notado de esta generación nueva de músicos de la que hablabas?
-No he escuchado mucho, pero hay algunos jóvenes más viejos que los viejos, y hay algunos viejos más jóvenes que los jóvenes. Porque la música no tiene edad. Sí veo que hay una disposicón a generar una cosa más mancomunada, un ánimo nuevo, una dinámica más poderosa. Si uno busca a los muchachos nuevos, por ejemplo vi a Camila Meza (cantante y guitarrista de jazz chilena, ahora radicada en Nueva York) en MySpace y la encontré increíble, porque tiene el talento y el carácter para mantenerse en su integridad. La música tiene que jugarse por algo. Tiene que ser revolucionaria, tener un sentido de vanguardia, sin dejar atrás la tradición ni los conceptos que dan peso a una estructura estética. Y ahora está la libertad para buscar con tranquilidad con calma la mejor armonía, la mejor melodía.