SANTIAGO.- Ya el propio Jay Jay French había dicho en las horas previas a su debut en Chile que la hora de inicio era un tema intransable para Twisted Sister. Si el anuncio decía a las 21:00 horas, pues se empezaba en ese instante.
Sin embargo, llegado el momento una voz anuncia que el inicio del concierto sería en 30 minutos más. Ni el más mínimo ánimo de reclamar hubo entonces. Bien afirmadas en sus vasos de cerveza, las cerca de cuatro mil personas que esperan en el Teatro Caupolicán continúan entonando los clásicos rockeros que salen por los parlantes, en una dinámica que media hora después simplemente se extremará.
Con su característica melena rubia que cada tanto sale a acomodar tras una verdadera muralla de amplificadores Marshall, el cantante Dee Snider hace su aparición al frente del quinteto, que con "What you don't know (sure can hurt you)" abre un recorrido por un repertorio que demuestra el grado de injusticia que hubo al vincularlos históricamente con las vertientes más plásticas y desechables del glam metal.
Lo de Twisted Sister es hard rock y heavy metal del más clásico, de lo que piezas como "You can't stop rock 'n' roll" y unas muy teatrales "Captain Howdy" y "Burn in hell" son prueba más que fehaciente.
Es cierto que también puede haber un borde más pop en canciones como "We're not gonna take it", algo en lo que el impacto radial también tiene mucho que decir. La banda lo sabe, y lo aprovecha para impulsar el desborde no sólo con el infalible coro que da título a esa canción, sino con la petición expresa de que el público la interprete en su más criolla versión: "Huevos con aceite".
"No pensaron que haríamos eso, ¿verdad?", pregunta Snider con los asistentes aún sumidos en el divertimento, que encontrará su expresión más emotiva en el homenaje a Ronnie James Dio a través de "Long live rock 'n' roll", y en el gran karaoke de "The price".
Quizá alguno haya extrañado el maquillaje que en los 80 transformara al cantante en uno de los rostros más curiosos (y feos) de la música de esos años, pero bien que así sea. Despojados de los artificios, Twisted Sister hoy ya no tiene ramas que tapen el bosque, para mostrarse como lo que verdaderamente es: Una auténtica banda de rock, y no un simple producto simpático del negocio nostálgico.