Todos bailan en la ''silent rave'' de Glastonbury, uno de los primeros lugares en que se desarrollaron este tipo de eventos.
Creative CommonsSANTIAGO.- Todos bailan, pero en el ambiente nada suena. En medio de un silencio absoluto, cientos de cuerpos se agitan. ¿Cómo es posible? Sencillo: Todos llevan audífonos, y efectivamente danzan al ritmo de una música que sólo ellos pueden escuchar.
Ése es el principio de las fiestas silenciosas, usuales en diversos puntos de Europa y Norteamérica, y que el próximo miércoles 26 tendrán su arribo oficial a Chile, cuando se desarrolle una en el Centro Cultural Amanda de Vitacura (Embajador Doussinague 1767, local 0027, ex Multicine).
Allí se cumplirá con uno de los principios de este tipo de celebraciones: La suerte de zapping entre los temas programados por dos dj's, con el fin de que cada asistente escoja el set que más le guste, sin necesidad de aceptar sin más lo que pueda salir por parlantes a volumen predeterminado.
Sin embargo, no se podrá apreciar en toda su dimensión el segundo principio que rige a este tipo de eventos, que es la ausencia de ruido como posibilidad de realizar fiestas prácticamente en cualquier lugar.
De este modo, los únicos que podrán apreciar el silencio y el espectáculo de la danza "sin música" serán los propios asistentes que opten por sacarse los audífonos en algún momento. En sus primeras versiones en el extranjero, en cambio, las fiestas con audífonos cumplían con el propósito de ocupar espacios públicos (como parques y estaciones de metro) sin perturbar con el ruido a quienes habitan en sus alrededores.
La silenciosa fiesta arribará a Chile bajo la marca "Headphone Disco", y tendrá un costo general de $5.000 que, por cierto, incluye la entrega de un par de audífonos inalámbricos.