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Paul McCartney desplegó una generosa visita guiada por su historia musical

Cincuenta mil personas presenciaron la noche de este 11 de mayo una privilegiada retrospectiva en vivo del legendario cantante en el Estadio Nacional.

12 de Mayo de 2011 | 00:46 | Por David Ponce, Emol
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José Alvujar, El Mercurio

SANTIAGO.- Son diversos los oficios que caben a Paul McCartney después de una carrera de cinco décadas, como cantante, autor y compositor, como bajista, pianista y guitarrista, como figura pop, referente generacional y la faceta que este miércoles 11 de mayo vino a privilegiar en su nueva visita a Santiago: además de todo eso McCartney es un maestro de ceremonias si se trata de verlo en vivo. Así lo probó en un concierto en que estableció un lazo de máxima complicidad con 50 mil asistentes al Estadio Nacional, sobre la base de su generoso historial de canciones.


Hay de todo en esas dos horas y medias exactas del show de su gira "Up and coming tour": el buen humor abundante de McCartney, la espontaneidad de sus diálogos y sus frases en español, la emotividad de sendos recuerdos dedicados a sus ex compañeros Harrison y Lennon en los Beatles y, como base, la amplitud del su repertorio. Son más de treinta canciones balanceadas entre todas las etapas de su dilatada carrera, con énfasis en el catálogo de los Beatles, una presencia considerable de Wings, su banda de los años '70, y su trabajo como solista.


Hola, chiquillos: McCartney en la máquina del tiempo

"Hola, Chile. Hola, chiquillos. ¿Cómo están?" fueron las primeras de varias frases en español que dedicó al público, una audiencia que sintonizó con McCartney desde el primer minuto, con la canción de los Beatles "Hello, goodbye" elegida para el arranque.

De ahí en adelante el cantante inglés fue intercalando éxitos de la histórica banda de Liverpool como "All my loving" y "Drive my car" junto a selecciones de Wings como "Jet" y "Letting go" y composiciones tan recientes como "Sing the changes", del disco Electric arguments (2008) que publicó con el nombre grupal de The Fireman.


La primera etapa del show está definidida por la versatilidad. Se nota en más de un sentido: en la variedad del repertorio, en la capacidad del cantante de viajar hacia adelante y atrás en el tiempo, en el recorrido que a su vez hace en escena desde el bajo eléctrico al piano de cola y de ahí a la guitarra acústica o a un piano vertical.


Y se nota sobre todo en la iluminadora variedad de géneros musicales que va conjugando en vivo. Ver a McCartney en vivo es comprar un pasaje para escuchar rock en "Let me roll", auténtico folk de guitarra acústica en la sorpresiva miniatura de "I've just seen a face" o baladas de piano como "The long and winding road" entre muchas otras variedades que hacen del show una suma de sorpresas.


Entre ellas cabe un homenaje a Lennon con "Here today", otro a Harrison con una versión de "Something" tocada en ukelele, éxitos probados de Wings como "Band on the run" y la canción de película que es "Live and let die", uno de los momentos de desenfreno para el público, todo con el respaldo de la sólida banda que conforman Rusty Anderson (guitarra), Brian Ray (bajo y guitarra), Paul Wickens (teclados y armónica) y Abe Laboriel Jr. (batería).


Y la evidencia que toma cuerpo hacia el final es la del grueso libro de himnos que el maestro de ceremonias tiene para desplegar. Es puro sentido común que el repertorio en el último tercio del show quede monopolizado casi por canciones de los Beatles. Entonces suenan desde "Ob-la-di ob-la-da" hasta "Back in the U.S.S.R.", o ese frente inmortal de baladas para piano que conforman "Let it be" y "Hey Jude", o un nuevo contraste entre la canción de amor universal que es "Yesterday" y la descarga de electricidad de "Helter skelter" una detrás de la otra.


A esas alturas McCartney las ha hecho todas: desde temprano está en mangas de camisa y suspensores, ha silbado al micrófono la melodía de "Let 'em in", se ha sentado ante un piano vertical de colores psicodélicos, ha arengado al estadio completo a vocear el consabido coro "oooh o-o-oh oh" pero también el "O sole mío", ha pronunciado frases como "Qué bacanes", ha tocado "Live and let die" en medio de explosiones y fuegos artificiales y ha entonado, también en español, la melodía de "Llegó la hora de decir adiós" poco antes del último bis.


Para esa despedida elige la fanfarria de "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band" y el cierre de "The end", que es a su vez la canción con que termina el glorioso disco Abbey road (1969) y de paso la carrera completa de los Beatles. Y la despedida es al mismo tiempo una buena definición para el concierto completo. Con Paul McCartney uno está en presencia constante de una antología de canciones primordiales e indispensables, pero ni siquiera eso es todo: a veces es posible sentir, aquí, ahora, puesto al alcance de la mano por una canción, el peso emocionante de la historia.

El programa

Un dato elocuente para dimensionar la estatura del músico está no sólo en qué elige para su repertorio, sino en lo que deja fuera de programa. Esta noche McCartney no tocó las baladas "My love" (1973) ni "Silly love songs" (1976) ni las canciones "With a little luck" ni "Goodnight tonight" (1978), todas de Wings, como tampoco consideró de su cancionero como solista éxitos del tipo de "Coming up" (1980), "So bad" (1983), "Pipes of peace" (1983), "No more lonely nights" (1984), "Spies like us" (1986), "My brave face" (1989), "Hope of deliverance" (1993) o "Jeni Wren" (2005): es claro que hace falta más de un concierto de dos horas y media para dar cuenta de una carrera como ésta. Las siguientes son las 35 canciones que presentó en Santiago (salvo en los casos indicados las canciones son del catálogo de los Beatles).

"Hello, goodbye", del disco Magical mistery tour (1967).
"Jet", de Band on the run (1973) [Wings].
"All my loving", de With The Beatles (1963).
"Letting go", de Venus and Mars (1975) [Wings].
"Drive my car", de Rubber soul (1965).
"Sing the changes", de Electric arguments (2008) [The Fireman].
"Let me roll it", de Band on the run (1975) [Wings].
"The long and winding road", de Let it be (1970).
"Nineteen hundred and eighty five", de Band on the run (1973) [Wings].
"Let 'em in", de At the speed of sound (1976) [Wings].
"I've just seen a face", de Help! (1965).
"And I love her", de A hard day's night (1964).
"Blackbird", de The Beatles, llamado el "disco blanco" (1968).
"Here today", de Tug of war (1982) [Paul McCartney].
"Dance tonight", de Memory almost full (2007) [Paul McCartney].
"Mrs. Vandebilt", de Band on the run (1973) [Wings].
"Eleanor Rigby", de Revolver (1966).
"Something", de Abbey road (1969).
"Band on the run", de Band on the run (1973) [Wings].
"Ob-la-di, ob-la-da", de The Beatles (1968).
"Back in the U.S.S.R.", de The Beatles (1968).
"I've got a feeling", de Let it be (1970).
"Paperback writer" (1966).
"A day in the life", de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (1967).
"Give peace a chance" (1969) [John Lennon].
"Let it be", de Let it be (1970).
"Live and let die" (1973) [Wings].
"Hey Jude" (1968).
"Day tripper" (1965).
"Lady Madonna" (1968).
"Get back", de Let it be (1970).
"Yesterday", de Help! (1965).
"Helter skelter", de The Beatles (1968).
"Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band", de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (1967).
"The end", de Abbey road (1969).

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