Una imagen imborrable: Ali pelea con Superman sobre un cuadrilátero.
EFE
MADRID.- Uno siempre estaba liado con los planes diabólicos de Lex Luthor, mientras que el otro ya tenía bastante con sus oponentes en los cuadriláteros, pero ambos salieron en ayuda de la raza humana en "Superman vs. Muhammad Ali", un cómic de culto que regresa a las librerías tras treinta años de ausencia.
No ha ocurrido muchas veces a lo largo de la historia, pero Marvel y DC han realizado proyectos conjuntos de forma esporádica. En 1976, por ejemplo, ambas editoriales unieron a dos de sus grandes estrellas en "Superman vs. Spiderman", y cinco años después repetirían experiencia con "Hulk vs. Batman".
Animados por la buena aceptación del primer cómic, los responsables de DC concibieron la idea de ir un paso más allá y juntar a otros dos iconos sin los que no cabe pensar el siglo XX. Esta vez, a diferencia de las anteriores, uno de los protagonistas sería de carne y hueso.
En 1978, Muhammad Ali ya había dejado atrás sus mejores años como profesional del boxeo, una carrera magnífica en la que derrotó a oponentes como el carcelario Joe Frazier, el inseguro Floyd Patterson o a aquella bestia de músculos como melones llamada George Foreman.
Aunque seguía compitiendo al máximo nivel, Ali ya no volaba como una mariposa ni picaba como una abeja. Seguía teniendo el cariño del público, sí, pero ya no era capaz de noquear a púgiles mediocres como Leon Spinks, que le arrebató el título de los Pesos Pesados en febrero de aquel año.
Pocos meses antes, Ali había recibido una oferta para subirse al ring contra el enemigo más poderoso que jamás haya enfrentado: Superman. No resultó tarea fácil convencer al boxeador, que finalmente accedió a convertirse en personaje de cómic, siempre que sus mánagers pudieran controlar en todo momento el proceso creativo.
La obra recayó en manos de Neal Adams y Denny O'Neil, una pareja de autores que ya había firmado grandes trabajos en series míticas como "Linterna Verde", "Flecha Verde" o "Batman".
O'Neil abandonó el proyecto antes de su conclusión, pero ya había trazado las líneas maestras de la historia, que nunca ha destacado por su originalidad.
El guionista creó un tebeo comercial, preñado de tópicos recurrentes, que no hizo justicia a la maravillosa tarea gráfica de Adams, capaz de transformar una obra insulsa en un espectáculo visual de primer orden. Solo hay que echar un vistazo a la forma de capturar la gestualidad de Ali, su chulería innata, que en estas páginas quedan retratadas con precisión casi fotográfica.
"Superman vs. Muhammad Ali" (Planeta DeAgostini) nos lleva de viaje a Metrópolis, donde acaban de aterrizar los Scrubb, una raza alienígena que quiere destruir la Tierra. Para evitarlo, los dos héroes tendrán que enfrentarse entre ellos y dilucidar quién se verá las caras con Hun'Ya, el mejor de los guerreros extraterrestres.
Adams capturó como nadie la esencia del boxeo, la belleza del movimiento llevada a su máxima expresión, en un cómic que destaca por su elevado detallismo, mientras que el entintado original corrió a cargo de Dick Giordano y Terry Austin, otro par de mitos del género superheróico.
La portada del cómic, que amortiza la inversión por sí sola, es una maravilla visual que muestra a Superman y Ali en posición de combate, subidos a un ring, y rodeados por personalidades como Jimmy Carter, Gerald Ford, Raquel Welch, Sonny, Cher, Andy Warhol, Frank Sinatra, Christopher Reeve o The Jackson 5.