SANTIAGO.- El Ministerio de la Vivienda descartó realizar solamente reparaciones superficiales a los departamentos de la Villa El Volcán de Puente Alto, pues según el titular de la cartera, Jaime Ravinet, se trata de una solución "de maquillaje externo", que no entrega una real solución para los pobladores.
Los vecinos -que en algunas viviendas colocaron banderas negras luego que ayer se produjera una polémica reunión en la que el ministro de la Vivienda debió ser sacado con protección policial- no están de acuerdo con las opciones que está entregando el gobierno para solucionar el problema de las casas y manifestaron que pese a ello, por ahora no se van a mover de las moradas.
Las opciones que ofrece el gobierno son tres. La primera de ellas consiste en el cambio a una casa nueva de Serviu; la segunda alternativa se trata de otro subsidio para comprar una vivienda nueva o usada en cualquier lugar de Santiago; y la tercera consiste en realizar una reparación integral de los departamentos, para lo cual sus propietarios deberán desocuparlos en un plazo de diez meses.
Según el ministro, más de mil 76 personas ya han tomado alguna de estas tres soluciones, lo que representa, dijo, más de la tercera parte de las 3 mil familias de Puente Alto afectadas durante los temporales de 1997.
No obstante, estas opciones fueron rechazadas por algunos pobladores, quienes tienen plazo hasta el 6 de abril para escoger una.
Esta mañana, Ravinet señaló que esto es lo único que se les puede ofrecer, porque el gobierno no está dispuesto a efectuar reparaciones de parche. Además, puntualizó que se les ofrece un subsidio adicional a los pobladores que se cambien.
Preocupados por lo que pueda pasar el próximo invierno no todos los vecinos tienen claro que van a hacer. Ante la escasa posibilidad de hacer arreglos algunas familias definitivamente dejarán sus viviendas, otros no están dispuestos a asumir nuevas deudas.
En cuanto a la polémica suscitada ayer, cuando algunos pobladores encararon a Ravinet, el secretario de Estado dijo que "ni el alcalde, ni el Serviu, ni el Ministerio estamos en condición de sentirnos ofendidos ni molestos por una acumulación de rabia que hay por la no solución de este problema".
"Pero también queremos denunciar -continuó- que hay una suerte de intimidación de grupos de activistas que de alguna manera están sacando provecho individual de esta situación", aseguró el secretario de Estado.