SANTIAGO.- Una fuerte crítica hizo el padre Raúl Hasbún a la decisión del gobierno de autorizar la comercialización de la denominada "píldora del día después", sosteniendo que las reacciones de algunos ministros sobre el tema provocan un escenario de confusión intelectual y moral de consecuencias mortales.
El presbítero además expresó que con el expendio del mencionado fármaco en nuestro país se ha "inaugurado el aborto sin necesidad de legislar".
En su comentario de hoy en Radio Agricultura señaló lo siguiente:
"La cuestión de cuándo comienza una vida humana es: a) una cuestión filosófica; b) una cuestión técnica; c) una cuestión política contingente. Las tres preguntas han sido confirmadas afirmativamente por altas autoridades de gobierno.
Para la ministra de Salud, el inicio de una vida humana es materia filosófica, que no está resuelta. Pregunto: ¿Si no está resuelta, por qué la resuelve ella, con una decisión administrativa unilateral?. Se supone que en democracia las cuestiones filosóficas son materia de un debate público y multilateral para, finalmente, definir cuál de las posibles opciones se traducirá en norma jurídica que todos están obligados a acatar.
La ministra de Salud ha instaurado el precedente de que las cuestiones filosóficas y sus aplicaciones valóricas tocantes a los derechos fundamentales de la persona humana se zanjan en el Chile democrático de hoy por simple decreto o resolución administrativa.
El Presidente de la República, respaldando la decisión de la ministra de Salud ha sostenido que la autorización de la "píldora del día después" obedece a un simple juicio técnico. Ello implica al menos dos cosas: a) en el tema de la "Píldora del día después" no se contiene ni se toca ningún valor ético; la técnica es moralmente neutra; b) al no estar comprometido ningún valor ético la ciudadanía queda en total libertad para acogerse o no a los efectos de la píldora. Pregunto: Si la cuestión del inicio de la vida humana y la consiguiente probabilidad de ponerle término mediante una acción deliberada es un asunto meramente técnico, ¿qué valor real tiene la ética de la vida de los derechos humanos? Hiroshima, Nagasaki, Auschwitz, Dachau fueron simplemente el fruto de decisiones técnicas sobre el más eficiente modo posible de matar vidas inocentes? En todo caso no llegaron a matar en su conjunto tantas vidas como mata en un año el aborto.
El ministro subrogante de Educación, criticando a la alcaldesa de Conchalí por haberse referido a la píldora en el acto de inauguración para un colegio para embarazadas, calificó el tema de la misma píldora como político contingente y, por lo tanto, extraño e inconveniente de tratar en una tribuna propia de la educación.
De sus palabras se infiere que la cuestión de proteger la vida humana desde sus inicios escapa a la competencia de los encargados de impartir educación y debe quedar reservado al exclusivo grupo de los políticos.
Cabe recordar que la primera instancia y competencia educativa radica en los padres de familia, por extensión en los maestros del colegio que los padres han elegido para sus hijos. El ministro de Educación pretende excluir el tema de la píldora de la libre discusión y decisión de los primeros a llamados pronunciarse sobre ellas.
Estos tres ejemplos tomados de hechos reales, con palabras textuales, configuran un preocupante escenario de confusión intelectual y moral. La misma confusión que se percibe en la reacción del ministro secretario general de Gobierno a quien le pareció inadecuado que el cardenal Errázuriz pudiera comparar anteriores violaciones a derechos humanos con la actual violación del derecho a la vida simbolizada e instrumentada en la "píldora del día después".
La confusión del ministro pasa por no comprender que en anteriores violaciones de derechos humanos las víctimas son algunos miles, son adultos y sus agresores son delincuentes que cometen a sabiendas un ilícito penal con el consiguiente castigo del Estado.
En el caso de la píldora abortiva, las víctimas serán centenares de miles del todo inocentes, del todo indefensas, y sus agresores serán sus propios padres, en particular la madre, con el apoyo oficial del profesional de la salud, con la explícita autorización y aún financiamiento del Estado. En verdad, no cabe una comparación, pero por razones exactamente contrarias a las que presupone el ministro secretario general de Gobierno.
Este preocupante escenario de confusión intelectual y moral es de consecuencia mortales. En Chile ya ha comenzado a existir, como parte de una política de salud publica, la eliminación directa de una vida inocente. Es un crimen contra la vida. Una brutal agresión al primero de los derechos humanos y fundantes de todos los demás.
Preguntada la doctora Bachelet si es partidaria de legislar sobre el aborto, respondió: El Presidente Lagos ha sido muy claro respecto a que no se va a legislar sobre ese tema. Tiene razón la ministro. El aborto se ha inaugurado en Chile sin necesidad de legislar, simplemente por decreto ministerial. Con ello el Estado de Chile ha infringido su propia preceptiva constitucional. Ha deshonrado sus compromisos internacionales y se ha deslegitimado como estado democrático, confiriendo a cada ciudadano incluso a adolescentes de 12 años el imposible derecho de decidir por sí y ante sí quién podrá vivir y quién deberá morir".