ARICA.- Sólo 50 reos de un total de 600 que participaron en la huelga de hambre de la cárcel de Arica, no han querido deponer su actitud, informaron esta tarde voceros de los internos.
La mayoría de los reclusos decidieron terminar con la movilización aceptando los ofrecimientos hechos por Gendarmería, como son mejorar las condiciones de vida dentro del centro de detención y un trato más digno hacia los presos.
Sin embargo, medio centenar de internos agrupados en el módulo de seguridad de la cárcel, lugar que acoge a los reclusos que llevan muchos años tras las rejas y que en su mayoría ha cometido delitos calificados como graves, rechazaron el acuerdo señalando que no cumple con la exigencia básica efectuada al principio del movimiento.
Esta se refiere al traslado hacia la capital de aquellos reos traídos temporalmente a la penitenciaría de Arica desde otras regiones del país.
Los contactos para acabar con la huelga fueron realizados desde Santiago por el vicario de la Pastoral Social de la Iglesia Católica, monseñor Alfonso Baeza, quien está representado en esta ciudad por los sacerdotes Santiago Sharpp y Armando Vergara, religiosos que asumieron la tarea de acercar a las partes en conflicto.
Según trascendió, los 50 presos que aún se mantienen movilizados podrían en las próximas horas finalizar con la huelga, accediendo a los puntos que les ofrece Gendarmería, con lo que culminarían -por ahora- las protestas en las penitenciarías nacionales.
Pese a este ambiente de relativa tranquilidad, hay otros recintos carcelarios donde la situación es incierta.
En los penales de San Miguel, Colina, Talca y El Manzano de Concepción, grupos de internos estarían pensando en asumir movilizaciones propias si no se mejoran los niveles de vida dentro de estos recintos y en apoyo a los familiares de los 26 reos muertos en el incendio de Iquique.