SANTIAGO.- Preocupación provoca en la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile la creciente cantidad de casos de influenza que están afectando a la población de adultos mayores.
Según el vicepresidente de la entidad, doctor Juan Carlos Molina, hasta el momento se han contabilizado alrededor de 150 casos, número muy superior al del año 2000, que fue de 60.
El especialista manifestó que el problema, a su parecer, deriva en parte al hecho de que la vacunación se hizo para mayores de 65 años, considerando que el grupo objetivo de la tercera edad comprende a los mayores desde 60 años.
Asimismo, dijo que otras causas importantes en el incremento de los casos han sido la contaminación ambiental y las bajas temperaturas, que han elevado las patologías respiratorias.
Para evitar que la influenza continúe expandiéndose, el especialista recomendó evitar el contacto con personas contagiadas, evitar fumar o estar en ambientes con fumadores, hidratarse, abrigarse bien y evitar la inmovilidad. En lo posible no permanecer junto a estufas o en ambientes muy calefaccionados, evitando los cambios bruscos de temperatura y la contaminación interna.
Asimismo, es conveniente, ventilar adecuadamente las habitaciones, alimentarse adecuadamente y practicar ejercicios respiratorios. Es importante no perder la funcionalidad y evitar permanecer en cama más del tiempo necesario, porque se pierde la movilidad que es difícil de recuperar en adultos mayores.
El doctor Molina recomendó también que, frente a un cuadro de influenza es preciso consultar precozmente al médico, ya que esto permite realizar mejor monitorización de los enfermos. "Especial cuidado deben tener las instituciones, como hogares de ancianos y las organizaciones que desarrollen actividades públicas y masivas, como es el caso de gimnasios o centros de recreación que funcionan en espacios cerrados", aclaró el especialista.
También, debe evitarse asistir a cines y teatros, por la alta posibilidad de contaminación con enfermos de influenza.
Opinó que en el caso de detectarse la influenza, lo conveniente es aislar al paciente y si es posible utilizar mascarillas para evitar que contamine con saliva a quienes conviven con él. Lo mismo, deberían hacer las personas que cuidan a los enfermos.
Es importante -explicó- que en el caso de fiebre alta -una de las características de la influenza- se busque bajar la temperatura del paciente y darle a beber líquido abundante, aunque no tenga sed.
Finalmente, destacó la necesidad de evitar la automedicación con antigripales y antibióticos. Estos fármacos deben ser recomendados por especialistas, debido a que los enfermos de la tercera edad son propensos a sufrir otras patologías y problemas de salud.