SANTIAGO.- Con el propósito de evitar alarma en la población consumidora de aceite de oliva, el Servicio de Salud Metropolitano del Ambiente (Sesma) aclaró hoy que este tipo de oleaginosa pura o en sus variedades virgen o extra virgen no representan riesgo alguno para la salud de las personas.
Así lo señaló hoy el director del organismo ambiental, doctor José Concha, quien precisó que la prohibición de su consumo va dirigida sólo al sucedáneo
aceite de orujo de oliva (del cuesco de la aceituna), al cual se le practicaron análisis que confirmaron la presencia de benzopireno -sustancia cancerígena- en altos niveles.
En ese sentido, recalcó que los aceites de oliva en los tipos mencionados (puro, virgen y extra virgen) producidos y vendidos en Chile "no tienen prohibición, al contrario, recomendamos su uso y su consumo porque es un factor protector para la salud de la población", afirmó.
No obstante, reiteró que el aceite de orujo de oliva no debe consumirse aunque no exista una norma que regule la situación, debido a que existe la posibilidad de que algunos de ellos no hayan sido retirados del mercado.
Por lo tanto, insistió que pese a que la legislación y el reglamento sanitario no normen los niveles de la sustancia, los 3.600 a 3.700 litros de diferentes marcas de orujo de oliva decomisados esperarán en las bodegas donde yacen hasta evaluar su situación con los importadores el próximo jueves en una reunión donde presentarán sus antecedentes y descargos respectivos.
Entre las alternativas que se barajan se cuentan su reprocesamiento o destrucción, siempre y cuando no se pueda ejecutar la primera opción, la cual están analizando las partes pero que se decidirá luego del encuentro.
"Lo que ocurre con estos aceites para nosotros no es irrelevante y debían ir hacia su destrucción o, en el caso que la empresa lo certifique, a un reprocesamiento de manera tal que eliminen todo lo que constituye hoy día un riesgo para la salud, especialmente, la presencia de esta sustancia que está demostrado en estudios experimentales que es cancerígena", expresó Concha, agregando que a la hora de ir a comprar aceite la comunidad debe fijarse en la rotulación del producto.
Por su parte, uno de los importadores afectados Elías Vila, se mostró llano a solucionar el problema declarando que su aceite Sierra Turia sí se ajusta a la norma dictada en España -correspondiente a cinco ppb- porque éste sólo la supera con dos niveles más, es decir, siete ppb, cifra equivalente a fumar dos cigarrillos.
"Esa parte la vamos a analizar el jueves y va a depender un poco del plazo que se dé para hacer este proceso, entonces, yo he podido hacer una evaluación de cuánto costaría y en qué consistiría pero hay que analizarlo", dijo, argumentando que las cantidades a reprocesar son bajas.
También indicó que está en conversaciones con su proveedor español para ver la conveniencia de devolverlo o bien, si el costo del flete hace recomendable la eliminación del producto, acotando que "todo va a depender un poco de los costos, porque son altos los impuestos específicos sobre el aceite y eso es lo que determina el camino a seguir".
Asimismo, Vila apoyó el llamado formulado por Concha en cuanto a consumir aceite de oliva por lo sano que es y el nulo nivel de riego para la salud.
Los primeros resultados el Sesma obtuvieron mediciones desde seis partes por billón (ppb) hasta los 270 ppb en algunos casos, argumentos suficientes -dijo Concha- para establecer la prohibición de su venta mientras las oleaginosas no cumplan con la normativa que el país de origen les establece.
Al respecto José Concha recordó el caso de España donde a partir del 26 de julio hay una norma que existe un máximo de dos ppb, la cual "debe" ser respetada por los importadores chilenos conforme a las disposiciones del país de origen donde ya se estableció por mandato de la comunidad europea.
Sobre las eventuales compensaciones que pudieran solicitar estas empresas en caso de destrucción o reprocesamiento del aceite, el director del Sesma manifestó que ello se regulará de acuerdo a los requerimientos del mercado, ante lo cual no cree necesaria la intervención del Gobierno.
"El que tiene que hacerse responsable de cumplir con las normas generales y específicas en esta materia es el titular de la importación y el que comercializa. No corresponde al Estado hacerse cargo de aquello. Lo que corresponde al Estado, al Gobierno y a este servicio en particular, es desencadenado el fenómeno, puesta la alerta, establecer los mecanismos para certificar que en estos aceites se este cumpliendo con las normas", puntualizó.
No obstante, apuntó que las empresas están preocupadas de no seguir internando productos que no estén cumpliendo con los requisitos antes dichos.
Por último, Concha informó que el Sesma va a extender el estudio a los aceites comestibles de todo tipo nacionales y extranjeros, para efectos de identificar la presencia de las sustancias que establece el reglamento sanitario de alimento u otros elementos que puedan ser nocivos para la salud como metales, pesticidas u otros elementos químicos "que no debieran estar presentes en ningún tipo de aceite".