SANTIAGO.- Una invitación a crear varias instancias de diálogo, sin publicidad y con mucha apertura, para generar confianza e impulsar soluciones efectivas y esperanzadoras a los problemas nacionales, formuló la Comisión Nacional Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Chile.
En su mensaje "Vivamos la Navidad entregando alegría y esperanza", la instancia eclesial manifestó que la gente, "sobre todo los más pobres, necesita ver a quienes tienen liderazgo actuando unidos, a pesar de sus legítimas diferencias, para resolver los problemas que los aquejan. Eso les devolverá la confianza, la esperanza y la alegría de vivi".
El documento sostiene que en el último tiempo Chile se ha visto conmovido por una diversidad de hechos que han afectado a casi todas las instituciones básicas de nuestra sociedad, lo que ha acentuado una sensación de temor y desesperanza que, con razón o sin ella, afecta a buena parte de nuestros hermanos y hermanas.
Agrega que el país ha alcanzado logros significativos, como la reciente firma del Tratado de Libre Comercio con USA y antes con Europa y Corea, pero considera que ellos son más valorados en el extranjero que en el país. "Entre nosotros suelen verse más las carencias que los avance", puntualiza el mensaje.
La Comisión Nacional Justicia y Paz hace un llamado esta Navidad a todos los chilenos y chilenas, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a mostrar comprensión, amistad y humanidad a quienes en estos días sufren soledad, desesperanza, temor y angustia.
Invita de un modo particular a los líderes de gobierno, políticos, parlamentarios, de organizaciones sindicales y empresariales, organizaciones sociales, etnias, académicos, mujeres, jóvenes, a que expresen un estilo de liderazgo acogedor, amistoso y humano.
"Nuestros hermanos y hermanas necesitan mucho afecto: un saludo, una sonrisa, una palabra de preocupación por su situación, por su familia, por sus problemas. Los llamamos a comprometerse en construir una convivencia basada en la alegría y en la esperanz", expresa el Mensaje.
También invita a desarrollar muchos pequeños o grandes gestos, anónimos, de acercamiento con aquellos que más sufren o con aquellos con quienes han tenido más desencuentros y diferencias.
"Las distancias se superan más con gestos que con declaraciones. Esta conducta, por simple que sea, puede producir grandes cambios, sobre todo en los sentimientos y estados de ánimo dominantes en nuestro país".
Entrega de Navidad
El texto del documento episcopal es el siguiente:
"VIVAMOS LA NAVIDAD ENTREGANDO LA ALEGRIA Y LA ESPERANZA
"En las últimas semanas nuestro país se ha visto conmovido por una diversidad de hechos que han afectado a casi todas las instituciones básicas de nuestra sociedad. Ello ha acentuado una sensación de temor y desesperanza que, con razón o sin ella, afecta a buena parte de nuestros hermanos y hermanas.
"A pesar de que el país ha alcanzado logros significativos, como la reciente firma del Tratado de Libre Comercio con USA y antes con Europa y Corea, ellos son más valorados en el extranjero que en el país. Entre nosotros suelen verse más las carencias que los avances.
"Sobre todo entre los más pobres los sentimientos dominantes son de temor y de angustia.
"No es el momento de hacer un análisis a fondo de esta situación, que sin duda es compleja y admite muchas interpretaciones. Cuando nos acercamos a Navidad, es el momento de hacer un llamado a todos los chilenos y chilenas, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad como decía nuestro recordado Papa Bueno Juan XXIII, a mostrar comprensión, amistad y humanidad a quienes en estos días sufren soledad, desesperanza, temor, angustia, por la razón que sea.
"Invitamos, sobre todo, a los líderes de gobierno, políticos, parlamentarios, de organizaciones sindicales y empresariales, organizaciones sociales, etnias, académicos, mujeres, jóvenes, a que expresen un estilo de liderazgo acogedor, amistoso, humano. Nuestros hermanos y hermanas necesitan mucho afecto: un saludo, una sonrisa, una palabra de preocupación por su situación, por su familia, por sus problemas. Los llamamos a comprometerse en construir una convivencia basada en la alegría y en la esperanza.
"Los invitamos a que desarrollen muchos pequeños o grandes gestos, anónimos, de acercamiento con aquellos que más sufren o con aquellos con quienes han tenido más desencuentros y diferencias. Las distancias se superan más con gestos que con declaraciones. Esta conducta, por simple que sea, puede producir grandes cambios, sobre todo en los sentimientos y estados de ánimo dominantes en nuestro país.
"Los invitamos a escuchar a la gente. Es una evidencia que la gente quiere ser escuchada, en sus pequeñas y grandes opiniones. Necesita ser valorada en sus preocupaciones y sugerencias.
"Los invitamos a construir una propuesta común basada en el optimismo y la confianza. Una propuesta que, con fundamentos, presente soluciones efectivas y no puros diagnósticos. No se trata de ocultar los problemas, ni mucho menos. Pero la gente está cansada de análisis de los problemas. La gente espera de sus líderes una propuesta de futuro, sólidamente optimista, fundadamente esperanzadora.
"Los invitamos a valorar las experiencias de trabajo solidario y los esfuerzos que en esa dirección realizan tanto instituciones públicas como privadas, de distintos signos ideológicos. Esta efectiva ayuda a los pobres nos debiera unir férreamente a todos los chilenos.
"Los invitamos a crear muchas instancias de diálogo, sin publicidad, con mucha apertura, que permitan generar relaciones de confianza que, a su vez, serán el impulso necesario para encontrar soluciones efectivas a nuestros problemas comunes y así dar paso a la esperanza que supere los temores existentes.
"Amigas y amigos:
"Como otras veces en la historia, nuestra patria tiene heridas, algunas profundas, otras superficiales, que afectan sobre todo a los más débiles y desamparados. Pero tiene, también, grandes logros y poderosos recursos para superar las dificultades que nos aquejan. Podemos hacerlo. Debemos hacerlo.
"Esta no es responsabilidad sólo de algunos (gobierno, parlamento, partidos, empresarios, etc,). Todos tenemos una gran responsabilidad. Todos tenemos algunos dones sociales, que el Señor nos ha confiado, no para nuestro provecho, sino para procurar el bienestar de toda la sociedad, bajo el signo del bien común.
"En esta Navidad es la hora de pensar y, especialmente, de actuar, unidos bajo un mismo fin: traer la esperanza, la alegría y la confianza a nuestra patria, sobre todo a los más pobres. Así – sólo así – seremos fieles a Belén. Así – sólo así – volveremos a vivir su verdadero valor y sentido.
"QUE LA PAZ, LA ALEGRIA Y LA ESPERANZA ESTÉ CON TODOS LOS CHILENOS Y
CHILENAS EN ESTA NAVIDAD Y PARA SIEMPRE
"COMISION NACIONAL JUSTICIA Y PAZ
Diciembre, 2002