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El "colorín" que quiere llegar lejos

Adolfo Zaldívar fue el último en subirse al carro de las "pre-candidaturas" concertacionistas. Intenta cruzar la meta presidencial en primer lugar, gracias a un discurso dirigido a la clase media, lo que sería el gran golpe político del año.

15 de Enero de 2005 | 07:31 | Alejandra Guaita, El Mercurio en Internet
SANTIAGO.- “El colorín”, como se le conoce en el mundo político, desde joven fue un muy buen atleta, corría los 100 metros planos en el colegio, e incluso lo tentaron con la posibilidad de ser futbolista.

Pero Zaldívar prefirió dejar de lado sus aspiraciones deportivas y se dedicó a estudiar. Realizó su enseñanza escolar en el Instituto de Humanidades Luis Campino y más tarde ingresó a la Facultad de Ciencias Jurídicas, Sociales y Políticas de la Universidad Católica, de la cual egresó en 1967.

Mientras cursaba la carrera de Leyes fue Jefe Nacional Universitario de la Democracia Cristiana, y asumió como Consejero de la Juventud del partido entre 1970 y 1972.

Durante los años del régimen militar se dedicó a ejercer su profesión. Pero ya en 1983 comenzaba a agitar las aguas políticas nuevamente: Fue uno de los primeros en proponer la negociación con el régimen de Augusto Pinochet para un retorno pactado a la democracia, y uno de los impulsores de la inscripción legal del PDC.

Entre 1973 y 1980 fue Jefe Nacional de Abogados de su partido. Cinco años más tarde se desempeñó como presidente del Foro de Integración Política Chileno-Argentino y formó parte de la Comisión fiscalizadora de la DC.

En las elecciones de 1993 fue electo senador por la XI Región de Aysén, y pasó a integrar la Comisión de Minería, la de Defensa Nacional y la de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura de la Cámara alta.

Pasaron los años y Adolfo Zaldívar salió reelegido para un nuevo período en la misma circunscripción senatorial, y meses más tarde, el 27 de enero de 2002, se convirtió en presidente de la Democracia Cristiana, con el 51% de los votos.

Desde ese momento tuvo que enfrentar las vicisitudes por las que estaba pasando la colectividad, que en las últimas elecciones había sido derrotada por la Unión Demócrata Independiente (UDI), perdiendo así la condición de partido más votado.

Durante su gestión, Zaldívar ha debido resistir una serie de escándalos dentro y fuera de su partido. Casos de corrupción, expulsiones de militantes como Jaime Jiménez, Cristián Pareto y Hernán Pinto, y últimamente acusaciones de abuso sexual en contra del senador Jorge Lavandero, han marcado parte de la agenda del “colorín”.

Pero nada de eso lo frenó. A fines del año pasado comenzó a sonar con fuerza la idea de que “el colorín” sería la carta de la Democracia Cristiana, pero sólo a nueve días de la junta nacional de su partido, que comenzó ayer y termina el domingo, lanzó definitivamente su pre-candidatura a la Presidencia, diciendo que estaba seguro de que le ganaría a Joaquín Lavín. Las encuestas, sin embargo, no lo favorecen.
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