Este bus del Transantiago quedó atascado por las diferencias de nivel en el pavimento. |
SANTIAGO.- Buses más lentos de lo normal, recorridos que han cambiado de ruta, choferes que no conocen los caminos y ciertos problemas para doblar y desplazarse en algunas calles angostas con "lomos de toros" son los principales problemas que ha debido enfrentar el "nuevo rostro" de la locomoción colectiva.
Y es que desde su debut, el sábado pasado, el Transantiago no ha estado exento de críticas, aunque tanto en el gobierno como en las empresas operadoras insisten que éste es un proceso largo, que no se puede hacer de un día para otro, por lo cual hay que adaptarse gradualmente.
Sin embargo, problemas más, problemas menos, hay situaciones que son simplemente inexplicables.
El ejemplo más claro son algunos casos en los que los choferes no conocen con claridad la ruta que deben seguir. Si bien los primeros se reportaron el sábado, el día del flamante inicio de este revolucionario cambio, hoy la situación continúa.
A las 9:00 de la mañana, en el recorrido 321, muchos usuarios debieron decirle al "micrero" las calles por las cuales debía doblar, ya que según el mismo conductor reconoció, no se sabía la ruta exacta.
"Me demoré dos horas en llegar al trabajo cuando normalmente me demoro la mitad, porque esperé más de 20 minutos la primera micro y cuando me subí me percaté que el chofer ni siquiera se sabía el recorrido, ¡realmente impresentable!. Después al tomar el segundo bus tuve que aguantar un taco tremendo en Vespucio. O sea, salir diez minutos antes es más que insuficiente", relató a Emol una pasajera.
En Puente Alto, según relataron algunos pasajeros, un usuario golpeó con su puño a un chofer del Transantiago porque éste se demoraba mucho en cerrar las puertas y en dejar subir a los pasajeros.
También hoy en la mañana, en el sector poniente de la capital, una micro chocó contra un poste dado que el ángulo de giro de su bus excedió el de la angosta calle que por ruta le corresponde.
Situación similar es la que han reportado algunos pasajeros, quienes sostienen que cuando los nuevos buses del Transantiago pasan por alguna vía con muchos "lomos de toro" estos registran problemas o, como en el caso de un bus en la comuna de La Granja, las calles con desniveles hacen que los nuevos buses se queden atrapados.
Además, según han relatado varios usuarios, aunque el número de los recorridos no ha cambiado, sí se ha alterado las calles por las cuales transitan, lo que ha generado confusión y retraso.
Finalmente, se ha criticado la lentitud con que se desplazan los nuevos buses, lo que a juicio de la autoridad no es un problema, sino una medida de seguridad adicional, que por lo demás dicen, cumple con la ley del Tránsito, ya que no superan los 60 km/h, lo establecido por dicho reglamento para la gran mayoría de las calles de Santiago.
Problemas marginales
Aunque la autoridad reconoce "ciertas falencias", tanto el gobierno como los operadores prefieren bajarle el perfil a las críticas.
Blas Tomic, presidente ejecutivo de Express de Santiago y Alsacia, dos de las empresas operadoras de Transantiago, aseguró hoy en radio Cooperativa que "hay complicaciones, sí, por supuesto que las hay, pero creo que (se superarán) con una gota de compresión y paciencia del usuario".
Por su parte, el subsecretario de Transportes, Guillermo Díaz, consideró que la inusual lluvia que este lunes 24 de octubre ha caído sobre la ciudad de Santiago permitirá "evaluar con mayor exigencia" el desempeño de los nuevos buses del plan Transantiago, pero reiteró que es necesario un tiempo prudente para acomodar íntegramente los cambios que el programa contempla.
"Demos tiempo a este cambio, que es de verdad estructural, no podemos pedirle que a las 48 horas esté cien por ciento operativo, eso es imposible", sentenció Díaz.
Otros reclamos
Fuera de los conflictos antes mencionados, los santiaguinos reclaman, que en general, la frecuencia con que los buses pasan por los paraderos, ha disminuido.
Algunos, incluso han reportado que han debido esperar entre 20 a 30 minutos para poder tomar la micro que antes esperaban, a lo sumo, diez minutos.
Además, se han hecho habituales las críticas porque los nuevos buses no aceptan billetes, situación que si bien incomoda, fue claramente advertida por las autoridades antes de que se iniciara el Transantiago.
