VALPARAISO.- La familia del infortunado Javier Andrés Herrera, de 25 años, asesinado por asaltantes, decidió donar sus órganos que ya fueron trasplantados a tres personas. Fue la madre de la víctima la que cumplió la promesa hecha a su ahora extinto hijo y donó todos sus órganos posibles, informó Radio Digital FM.
El sábado último, el joven trabajador, padre de una hija de 3 años, retornaba a su hogar en Quilpué, cerca de las 8,30 horas, cuando fue atacado por una pareja de antisociales que lo apuñalaron repetidamente en varias partes del cuerpo, e incluso en el cráneo, causándole -además- un traumatismo encéfalo craneal grave.
Los tratamientos sucesivos en el Hospital Gustavo Fricke, de Viña del Mar; y en el Servicio de Neurocirugía del Hospital Carlos Van Buren, de Valparaíso, no consiguieron los resultados deseados y el joven cayó en un coma profundo, hasta ayer al mediodía, cuando se constató su muerte cerebral. Su madre, Gladys Vera, recordó la promesa hecha a su hijo y en una decisión consensuada con sus otros 5 hijos, autorizó la extracción de todos los órganos que pudieran salvar otras vidas.
"Somos una familia católica --dijo esta mañana la madre-- y esto fue algo que siempre conversamos con mis hijos y mi marido, quien falleció haces seis meses. Mi hermana era enferma crónica renal y murió esperando un trasplante. A mi me extrajeron un riñón y el que me queda, sólo tiene un 25% de capacidad. Pronto tendré que dializarme y quizás trasplantarme. Javier siempre me decía que, llegado el momento, me iba a entregar uno de sus riñones".
Gladys Vera resaltó que todos los integrantes de su familia han expresado por escrito su deseo de regalar sus órganos y llamó a la gente, en general, "a tomar conciencia que las córneas, los riñones, el corazón, etc. Todo puede servir a otros enfermos. Si los hijos se van, pueden vivir en quienes reciben los órganos", dijo.
Es así como ayer, el hígado y un riñón del joven difunto, fueron trasladados a Santiago, para sus futuros injertos, mientras que esta madrugada, en el Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar, un equipo médico, encabezado por los cirujanos Ernesto Aránguiz y Oneglio Pedemonte, concluyó el implante cardíaco en el receptor: César Huanchicay Tapia, de 58 años, residente en Villa Alemana, quien sufría de cardiopatía terminal y desde diciembre aparecía en la nómina de los que esperan un transplante cardiaco.
Para esta tarde la familia esperaba la entrega del cadáver del joven Herrera, quien posteriormente será velado en su domicilio, en la población Los Pinos, en Quilpué.