MONTEVIDEO .- El teniente coronel Eduardo Radaelli, uno de los tres militares uruguayos extraditado el martes a Chile por estar relacionado con el asesinato del ex agente de la inteligencia chilena Eugenio Berríos, se dijo inocente.
En declaraciones exclusivas que formuló telefónicamente al Canal 12 de televisón antes de ser trasladado a Santiago, Radaelli dijo que pese a las circunstancias que estaban viviendo "el ánimo es el mejor, porque hemos demostrado acá en el país que somos totalmente inocentes de todos los cargos" que les han imputado.
Destacó que ni él ni sus otros dos camaradas son responsables del secuestro de Berríos. "Absolutamente no", respondió. Y añadió que "no secuestramos, ni privamos de la libertad (...). Somos totalmente inocentes", insistió.
Radaelli indicó que "todo lo que ha corrido en estos trece años han sido falsedades, mentiras. Ustedes saben muy bien que el proceso aquí en Uruguay, y parte del expediente de la extradición, contenían documentos fraguados, declaraciones de testigos que en un lugar decían una cosa y en otro decían otra... testigos que han sido pagados. Y eso lo puede corroborar cualquiera, solicitando el expediente".
"Por eso afirmo que somos inocentes de los cargos que se nos puedan estar acusando, aquí o en Chile", destacó.
El militar consideró que se llega a la extradición porque hay, primero, "cuestiones políticas de por medio". También consideró que hay "miserias humanas, que hacen que una persona mienta, que hacen que una persona reciba dinero para mentir".
Radaelli calificó la extradición como "la injusticia más grande que se va a producir en la historia de este país".
"En ningún momento pensamos que esto iba a suceder... No solamente por los trece años que aquí estuvimos siendo investigados y que nunca pudieron llegar (a probar) absolutamente nada. Sino por una cuestión netamente de soberanía... Creo que vamos a dar el primer paso como país en el mundo haciendo una cosa de estas", expresó.
También dijo que no sabían que era Berríos el que estaba en Uruguay. "Nosotros supimos eso el 15 de noviembre de 1992, cuando este señor se presenta en la comisaría de Parque del Plata y da su nombre", replicó.
Afirmó que después de este episodio "no tuvimos más contacto con él ni con nadie más sobre este tema". Expresó que la noticia de la muerte de Berríos "para nosotros significó un golpe, porque habíamos estado con ese tema y todo lo que podía ser posterior a estos, nos perjudicaba".
Radaelli no admitió que hayan "entregado o recibido" a Berríos. Dijo que "supimos que hay dos testigos o tres que claramente que después de los hechos de Parque del Plata lo vieron, un mes después".
Consultado sobre lo que espera ahora de la justicia chilena, respondió: "Esperemos que actúe con justicia, que tengamos todas las garantías del debido proceso, que no ocurran las cosas que han ocurrido acá, cuando la policía de investigaciones de Chile hizo las cosas que hizo".