SANTIAGO.- En un hecho inédito en Chile, la Corte de Apelaciones de Antofagasta sometió hoy a proceso al sacerdote Luis Jorquera Molina como encubridor del asesinato de 28 opositores, en octubre de 1973, en los inicios del gobierno del general Augusto Pinochet.
Un comunicado del Poder Judicial también indicó que también fueron sometidos a proceso el general Miguel Trincado Araneda -quien fue jefe de la II división de Ejército y juez militar de Santiago hasta fines de 2006, cuando pasó a retiro- y el ex teniente del Ejército Armando Fernández Larios, quien hace más de 30 años vive en Estados Unidos bajo el programa de protección de testigos.
El comunicado del Poder Judicial indicó que el sacerdote fue procesado junto a otras 11 personas, civiles y militares, por el secuestro y ejecución de los opositores en Calama.
Jorquera, quien en 1973 se desempeñaba como capellán del regimiento de Calama, tiene 70 años y en la actualidad es ayudante parroquial. Si es encontrado culpable, arriesga una condena de cinco años y un día.
"Ha ocurrido en otros casos en América Latina (...) en Chile tengo la casi certeza de que es el primer caso que ocurre. Lamentable por la Iglesia y muy afortunado por la Justicia", dijo el abogado querellante Eduardo Contreras.
Las ejecuciones en Calama fueron cometidas por la denominada "Caravana de la muerte", que secuestró y fusiló a opositores que cumplían penas de cárcel, ordenadas por consejos de guerra a funcionarios y partidarios del derrocado gobierno de Salvador Allende, según los informes oficiales.
La "Caravana de la muerte" estuvo integrada por militares que viajaron en helicópteros por el norte y del sur, para ejecutar a un centenar de opositores.
Fernández Larios enfrenta otro pedido de extradición por el secuestro y desaparición del ex gerente de Cobrechuqui, el militante comunista David Silberman. Fue procesado por asociación ilícita.
En enero de 2005 Fernández fue sentenciado en primera instancia por la Corte Federal de Apelaciones de Atlanta, Georgia, por su participación en la muerte por torturas del economista chileno Winston Cabello, en octubre de 1973. Debe pagar cuatro millones de dólares a la familia del profesional.
Desde la "Caravana de la muerte", Fernández pasó a la Dirección de Inteligencia Nacional, la policía represiva de Pinochet, y participó en el asesinato en Washington al ex canciller socialista Orlando Letelier, en 1976.
Fernández huyó de Chile y declaró en Estados Unidos en el juicio por el asesinato de Letelier a cambio de ser incluido en el programa de protección de testigos.
El comunicado del Poder Judicial dice que en el caso de Fernández Larios y de otros dos militares, "se ordena iniciar los trámites para solicitar a la Corte Suprema su extradición, ya que se encuentran fuera del país".
Por su parte, el general Trincado, quien siempre negó los cargos, fue vinculado al ocultamiento de los restos de los ejecutados en Calama.
Testigos sindican a Trincado como uno de los miembros del grupo que desenterró en el desierto los restos de los ejecutados de Calama y los trasladó hasta un aeródromo, desde donde salió un avión que los lanzó al mar.
La acción es una de muchas de la "Operación retiro de televisores", como se llamó a la exhumación de restos de detenidos desaparecidos para lanzarlos al mar, con el propósito de que nunca fueran encontrados, de acuerdo con los informes oficiales.