El fiscal de la zona sur, Alejandro Peña.
Felipe González, El MercurioSANTIAGO.- Durante la primera etapa de la formalización de cargos en contra de los funcionarios de Gendarmería, que están siendo imputados por el incendio en la cárcel de San Miguel, la Fiscalía Metropolitana Sur ha revelado impactantes imágenes de los cuerpos calcinados de las víctimas, además de declaraciones de funcionarios y vecinos del penal.
La Fiscalía fue exhibiendo a través de Power Point uno a uno los fallecidos, con una fotografía en vida, junto a una ficha que indicaba su nombre, delito por el que fue detenido, causa de muerte y si tenían alcohol o droga en su sangre.
Tras ello, mostraba una foto del estado en que había quedado el cuerpo del interno producto del siniestro.
Uno de los primeros testimonios presentados fue el de Reinaldo Muñoz, quien se encontraba durmiendo al momento en que le avisaron de la riña y aseguró que en el recinto no había "personal contra incendios".
Muñoz asegura también que si bien había capacitaciones para los funcionarios, éstas eran mínimas, ejemplificando que de cinco días de adiestramiento, sólo uno se refería a un eventual incendio.
Otros efectivos aseguraron a los investigadores que no era habitual el uso de mangueras contra incendio en el penal, mientras que otros desconocían que las mangueras debían quedar listas en los pasillos en caso de siniestro.
Lo anterior concuerda con la tesis de la fiscalía especialmente en lo relativo a que el lugar no contaba con equipos de incendios, así como tampoco las medidas necesarias para evitarlos.
Los relatos de los vecinos en tanto, son relevantes para la entidad persecutora debido a que ratifican la hora en que, de acuerdo a sus peritajes, se inició el siniestro. La mayoría de ellos señala que cuando miraron hacia el penal, a eso de las 5 de la mañana, éste ya se encontraba envuelto en humo y llamas.
De ello dio cuenta Esteban Suárez, que vive en la calle Frankfurt y señaló que esa fatídica madrugada fue despertado a las 5 de la mañana por su esposa, quien le avisó que la cárcel se estaba quemando.
Asimismo, un guardia del edificio de Tribunales de San Miguel, ubicado a un costado del recinto penal, aseguró a los efectivos de la Brigada de Homicidios Metropolitana que realizó su última ronda a las 5 de la mañana de ese día y que vio salir “humo negro y llamas" del cuarto piso de la torre cinco.