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Santiago: Sábado 23 de noviembre del 2024 | Actualizado 07:24
SANTIAGO.- Ocho minutos después de iniciados los disparos contra el sargento Guillermo Arévalo en Haití, llegó el cónsul chileno en Puerto Príncipe, Diego Rivera, al sitio del suceso.
Así lo concluye un video que consta en el informe final de la investigación que realizó el Estado Mayor Conjunto (dado a conocer a través de la Ley de Transparencia) en la isla caribeña, y que fue capturado desde la cámara de seguridad de un local nocturno cercano al Barak, donde Arévalo se encontraba la madrugada del 17 de junio junto al carabinero Jorge Oyarzo.
La secuencia de imágenes detalla que a las 5.10 horas se produce el primer disparo de manos de un sujeto que se encontraba inclinado en las cercanías del jeep Suzuky -que manejaba el auxiliar de la Agregaduría de Defensa-, a la espera de que este último lo abordara.
Luego, se aprecian otros cinco destellos que finalmente terminaron con la vida del uniformado, quien se encontraba por segunda vez en Puerto Príncipe, tras la misión que cumplió en 2010 tras el terremoto que azotó a la isla.
El video también muestra que en el mismo momento en que Arévalo es alcanzado por las balas, Oyarzo sale del vehículo y huye. Un minuto más tarde, a las 5.11 lo hacen los posibles atacantes.
En tanto, a las 5.18, se aprecia la llegada del auto del cónsul.
El documento también detalla que tras el arribo de Rivera el sitio del suceso, el sargento primero de la Armada aún está con vida y le expresa algunas palabras. "Procediendo en el acto a trasladarlo a su vehículo particular, ayudado por dos mujeres que aparecieron en la escena, una de ellas identificada como Natalia Rarrier y otra no identificada", establece el escrito.
Para la viuda de Arévalo, Elizabeth Vivanco, las imágenes "no son relevantes", y según dijo a Emol, "creo que ni siquiera ayudan a la investigación".
"Yo vi luces y los disparos que fueron seis, uno tras otro, pero nada más. Me gustaría saber, en todo caso, dónde estaba el cónsul", agregó.
En tanto, aún queda el informe de la investigación que encargó la Cancillería al embajador de Chile en Honduras, Rodrigo Pérez, con el objetivo de esclarecer los hechos.
