Red acusada de asociación ilícita para trata de personas es sentenciada a 31 años de cárcel

SANTIAGO.- A 31 años de cárcel por los delitos de Asociación Ilícita para la Trata de Personas y Trata Interna fue sentenciada la red internacional que mediante engaños ingresaba a Chile a mujeres dominicanas en situación de vulnerabilidad, trasladándolas dentro del país con fines de explotación sexual.

Así lo resolvió el Cuarto Tribunal Oral de Santiago, tras condenar a las ciudadanas chilenas Alba Arancibia y Mariana Fuenzalida, y a las mujeres de origen dominicano, Georgina Manzueta y Orquidea Ubiera, quienes actuaban de manera organizada para traer al país a sus víctimas.

De acuerdo al fallo, Manzueta -quien era la líder de organización- fue sentenciada a dos penas de 10 años y un día, y a 5 años de cárcel por los delitos de asociación ilícita para la trata de personas y trata interna con fines de explotación sexual.

Ubiera, por su parte, recibió una pena de 5 años y un día y 541 días de cárcel, mientras que Arancibia recibió una sentencia de 5 años y un día  y 541 días de presidio por los mismos delitos.

Fuenzalida, en tanto, fue condenada a 3 años y un día y a 300 días de cárcel, sin embargo, el tribunal le otorgó el beneficio de la libertad vigilada.

Según logró acreditar la Fiscalía Centro Norte en el juicio, las acusadas se dedicaron de manera sistemática y permanente a la trata de personas, facilitando la entrada a Chile y el traslado dentro del país de ciudadanas de República Dominicana, a efectos de ejercer la prostitución, engañándolas y aprovechando su estado de desamparo económico y la situación de vulnerabilidad en que se encontraban.

Los hechos

De acuerdo con la investigación del Ministerio Público, la asociación ilícita que integraban las mujeres tenía por fin principal la comisión de ilícitos de trata de personas.

Cada una de ellas actuaba como un eslabón de esta cadena, así, Georgina Manzueta -quien era la líder de la organización- dirigía  y coordinaba la trata de personas y se encargaba de contactar a las víctimas.

Desde su departamento, la mujer coordinaba su llegada, les otorgaba estadía, las ofrecía y distribuía.
 
Orquidea Ubiera, por su parte, era la encargada de coordinar la llegada de algunas víctimas, de recibirlas en el Aeropuerto Arturo Merino Benítez y trasladarlas hasta el domicilio de Manzueta. Se preocupaba, además, de la estadía de las víctimas, alimentación y posterior traslado a las ciudades de Concepción y San Antonio.

Alba Arancibia, en tanto, era la persona que se encargaba de la recepción y acogida de las víctimas en la ciudad de San Antonio, donde también era regente del local nocturno "El Sol". Allí tenía la ayuda de Mariana Fuenzalida, quien se encargaba de que las víctimas se prostituyeran.