SANTIAGO.- Son las 14:30 horas del sábado 27 de abril de 2013 y las cámaras de seguridad de la empresa de productos tecnológicos "UPS-SCS", captan a tres sujetos que saltan la reja perimetral y luego ingresan al establecimiento ubicado en la comuna de Quilicura.
Allí intimidan al guardia, lo reducen, lo encierran en una bodega y huyen con unos 50 millones de pesos en notebooks de última generación de la marca HP. Hasta ahí se trata de un caso policial más en la capital.
Pero todo cambia cuando llegan los funcionarios del OS-9 de Carabineros, quienes inician la revisión de las imágenes y se percatan de un detalle: si bien es intimidado, el guardia Abraham Andrés Ovalle Andrade (35), en ningún momento es golpeado por los delincuentes.
Al ser requerido, el guardia se puso visiblemente nervioso, entró en contradicciones y terminó confesando que él estaba coludido con la banda delictual. Y no sólo eso, reveló que uno de los sujetos era su hermano Diego, de 25 años, al que le había entregado información respecto de las fallas de seguridad en el recinto. Ambos, junto a un tercer sujeto fueron arrestados.
Casos como éste han ido en alza en el último año según señala a Emol el capitán del área de Inteligencia del OS-9, César Figueroa, quien sostiene que en 10 de cada 20 casos indagados durante 2013 se han detectado vínculos entre los asaltantes y alguna persona que trabaja en el lugar atacado.
"En la práctica hemos detectado más casos de personas que tienen algún vínculo con la empresa y están implicados en los delitos. En la mayoría son guardias de seguridad o nocheros que son las personas que detectan la vulnerabilidad de las empresas, saben los horarios de funcionamiento, dónde no hay personal y dónde están ubicadas las cámaras de seguridad", sostiene.
El jefe policial agrega que dichos antecedentes son entregados a delincuentes ya sea por un descuido o a cambio de un pago en dinero o especies.
Según los datos la unidad, la mayoría de las empresas que sufre este tipo de ilícitos, son las que comercializan insumos tecnológicos.
¿Cómo detectan la vinculación entre los trabajadores y los delincuentes?
"Hay un proceso de inteligencia criminal que tiene que ver con los datos que son manejados del delito. Por ejemplo, si vemos una cámara de seguridad y en esas grabaciones vemos que el guardia o la persona al interior, estaba muy tranquila o no fue agredida. O también cuando todos fueron agredidos menos uno, eso nos genera una duda y nos da un indicio de dónde se puede investigar".
¿Existen otras técnicas?
"Claro, están las interceptaciones telefónicas, análisis de tráficos telefónicos, e incluso con el seguimiento a las especies robadas se pueden detectar ciertos vínculos con personas que han trabajado o trabajan en las empresas afectadas".
¿Cuáles son los casos en que les ha sido más fácil detectar los vínculos?
"En cierto tipo de entrevistas nos ha ocurrido que los nocheros o administrativos que han participado de robos, no son delincuentes avezados, sino que son personas común y corriente, que atravesaron quizás un momento económico difícil. Y ellos optaron por esta salida más inmediata de obtener una ganancia coludiéndose con algún delincuente y al tener una simple entrevista con ellos, su conciencia, su ética y moral los lleva a sentir que deben decir la verdad a Carabineros y entregan los detalles del delito".
¿Cuál es el llamado entonces?
"El llamado es a que las empresas revisen sus procesos de control interno y sus protocolos. Y que si lo necesitan, soliciten ayuda al Departamento de Seguridad Privada OS-10 de Carabineros".