SANTIAGO.- “Tú”, le dice Evelyn Matthei a Michelle Bachelet, mientras esta última usa el “usted” para interpelar a su contrincante en el debate televisivo previo a las elecciones presidenciales chilenas, donde dos mujeres se disputan el poder del país. Igual, no es menor el protagonismo femenino y es un signo de los tiempos: el patriarcado se despide de la mano de Plutón en Capricornio, desde donde derriba conservadurismos. Bueno, este uso de los pronombres revela bastante de la personalidad de ambas. Una libriana y ex Presidenta se enfrenta a una escorpiona y ex ministra no sólo con sus diferencias ideológicas sino también astrológicas.
¿Qué tienen que ver la astrología y la política? Mucho. Desde sus inicios en Grecia, Babilonia y Egipto, los gobernantes se asesoraban con astrólogos que les indicaban buenos momentos y les advertían de ciertos peligros. Pero esta disciplina basada en la observación del cielo ha evolucionado y hoy tiene también un matiz más psicológico que ayuda a conocer la personalidad, dinámicas interiores y ciclos de las personas.
Desde esta arista, miro las cartas astrales de las candidatas a la presidencia de Chile Michelle Bachelet y Evelyn Matthei, quienes parecen muy antagónicas. Pero una de las bellezas de la astrología es revelar lo humano y lo divino de cada uno, mostrándonos al final una verdad irrefutable: somos todos iguales, estamos hechos de lo mismo, venimos a lidiar con nuestro ego, a aprender, conectar con el alma y crecer en cada vuelta de la vida.
Hijas del padre
Aunque con una vibración muy distinta, estas chilenas comparten algo que ellas consideran muy valioso. Nacida en noviembre de 1953, Evelyn Matthei es de signo Escorpión. Pero no sólo tiene el Sol (lo que nos da el signo zodiacal y parte de nuestro sello) ahí, sino además a Saturno (límites, miedos, crecimiento a través de obstáculos), a Mercurio (mente, comunicación, curiosidad) y al Ascendente (energía y experiencias del ambiente y cómo somos percibidos por los demás) en este signo poderoso, misterioso, intuitivo, y drástico, cuyo lado oscuro es la venganza, la manipulación, el apego y la visceralidad. Esta mujer intensa, por tanto, tiene un gran magnetismo y poder psíquico, un carácter difícil de domesticar que no conoce los tonos grises, un gusto por los secretos y una mente capaz de concentrarse y llegar al fondo de las cosas. Ella sabe, ve, olfatea. Es capaz de resistir agudas crisis y renacer cual Ave Fénix.
Por su parte, Michelle Bachelet –de septiembre del ’51- tiene el Sol en Libra unido a Saturno, lo que le da una valoración del esfuerzo, de la armonía, del trabajo y de la justicia muy grandes, como también una seriedad en los temas con la familia y con su imagen pública, pues ambos astros se encuentran en la casa 4, que rige lo ancestral y se enfrenta al Mediocielo, que representa nuestras metas y cómo somos vistos socialmente. ¿Y de dónde sale la simpatía que muchos le alaban y otros le envidian? Diría que en parte de su ascendente Géminis, que la vuelve jovial, inquieta, curiosa y sociable, y que aliviana su Saturno, que es más denso. Pero también de su Júpiter (en Aries, en casa 10), planeta benéfico, amistoso y optimista que también se relaciona con su ascendente (lo que vemos de ella) y le da un carácter cálido y bonachón.
Por lo tanto, una de las palabras que define a Matthei es intensidad. La de Bachelet –hasta aquí- podría ser: equilibrio.
Pese a las diferencias, hasta físicas (más abajo hablaremos de eso), alguien las une profundamente: El padre. La figura paterna de cada una moldea fuertemente sus pasos, dada la posición protagónica de Saturno en sus cartas. En el caso de Bachelet ella se mueve públicamente como si mirara a su padre pidiéndole aprobación. Sus acciones tienen –consciente o no- una reflexión del tipo “¿qué habría hecho mi padre en este caso?, ¿qué me diría?”, y espera estar a su altura moral. Mientras Matthei se mueve tratando de igualarlo, de ser tan –o más- fuerte como su padre, quien marcó su carácter desde pequeña, pues él (Fernando Matthei) tiene Sol-Plutón (carácter dominante) y un Saturno fuerte (rigidez y disciplina), al igual que ella. Ambas, entonces, se mueven desde el miedo: la primera a no defraudarlo, la segunda a no ser igual y mejor. Bachelet teme fallar, entonces, muchas veces duda (típico de Libra) y busca más información –o voces externas- antes de decidir, y Matthei no se permite ser menos ni vulnerable (Saturno, energía severa), por tanto se endurece, se defiende y actúa impulsivamente. Como sea, la lealtad al padre las moviliza y ese puede ser un problema pues las deja “presas” de una dinámica infantil que, por ciclo de vida, ya les corresponde soltar, de modo de elaborar una forma propia de afrontar las decisiones y la realidad.
Esto, liberarse de las dinámicas del ego en torno a los padres, se asoma muy fuerte para Evelyn Matthei en este ciclo 2013 y todo 2014: puede cambiar la relación de ambos, él puede enfermarse, ella puede sentir que su manera de ser ya no le sirve, pero puede tener poco ánimo para cambiarla, ya que Saturno –que hace rato la está enfrentando a temas pendientes en su crecimiento interno- toca su Sol este 2013-14 y esto siempre trae retraimiento, pesimismo y hasta depresión u otra enfermedad que la detenga un poco (ya se quedó sin voz unos días), pues la realidad se hace más pesada y ya no podemos seguir corriendo cuando este serio planeta aparece pues él quiere que seamos más sabios, tarea no menor que le tocará enfrentar aunque hasta ahora se ha resistido. A Bachelet esto mismo le tocó en 2010 y 2011 cuando dejó el gobierno con un terremoto y tsunami encima, además de la pérdida de su sector político y su figura en tela de juicio. Seguro en esos años se cuestionó sus dinámicas interiores y puede haberse sentido sola y con culpas, energía saturnina. Cuatro años después, el mismo Saturno y Plutón (cambios profundos, que la visitan desde 2011), le pasan revista a su manejo del trabajo y a cómo mueve su poder para ver si aprendió las lecciones del ciclo anterior.
Cambiar de rol
Uno de los candidatos que perdió en primera vuelta, Franco Parisi, dice que Matthei es “mala”, además de recordarme una escena de la película chilena “Sexo con amor”, con Patricio Contreras, también me parece como si estuviera hablando del personaje “Miranda”, interpretado por Meryl Streep en El diablo viste a la moda. Lo siento, pero Matthei tiene esa impronta, porque con ella “se pisan huevos”, no es fácil relajarse ante su energía siempre a la defensiva. No se sabe si te sonreirá, te tirará un dardo, un improperio, los puños o un abrazo protector. Pero no es porque sea “mala”, sino –de nuevo- porque se mueve desde el miedo: a que la invadan, a quedar expuesta, a ser frágil… A ser mujer. Su energía tan identificada con el padre –y los abuelos- es masculina: ella actúa, resuelve, va rápido, es autónoma, amedrenta, corrige, hiere, no teme ir tras lo que quiere. Todo esto es lo que tanto Saturno como Urano (creatividad) que está transitando a su Marte (rabia) le piden que suelte y cambie. Y ambos obligan, si no es por iniciativa propia, crearán algún “evento sanador” (la primera vuelta con sólo el 25 % es uno) para que lo haga, tal como el accidentado y doloroso cierre de gobierno que protagonizó en 2010 su vecina de infancia, Michelle, lo cual tendría que haberla llevado a aprender.
Ahora, Bachelet, que sigue vibrando desde el miedo, como decíamos antes, tiene un mérito: no se instala en la víctima, cosa que tenía todo el derecho de hacer dadas su detención, tortura, exilio y muerte de su padre bajo la dictadura militar. En parte su nombrado equilibrio logra esto, aunque también su Marte (iniciativa, fuerza) bien unido a Quirón (heridas y capacidad de recuperarse), lo que la convierte en una mezcla de sanadora y guerrera espiritual muy resiliente, pero también lo da su cuidado por las formas (varios planetas en Virgo y Libra), que igual –a mi juicio- le juegan en contra: Bachelet necesita un poco de la “vehemencia evelyniana” para golpear cada tanto la mesa y definir su energía tanto ante agresiones de los demás como frente a sus propias convicciones, de modo de instalarse con más fuerza en su propia identidad. Así como Matthei necesita unas lecciones de “armonía micheliana”, con una pasada también por su empatía que es una energía que tanto el padre como la madre de Bachelet le traspasaron desde pequeña como legado (Neptuno = compasión) en casa 4 (energía familiar de base). Ambas podrían juntarse a un pisco sour, relajarse (ninguna de las dos lo hace fácilmente) e intercambiar experiencias para tomar lo bueno de la otra.
Y hablando de heridas, ¿qué vienen a sanar –o trascender- cada una en esta encarnación? Matthei, la rabia (Marte en casa 12 en cuadratura a la Luna= mal manejo de su energía masculina y femenina, acumulación de tensión física), la relación con la madre (Luna = emociones, en Capricornio unida a Quirón: mamá responsable, práctica, exigente, con quien vivió un dolor, frialdad, rechazo o distancia); este mismo aspecto le da una tarea: aprender a ser mamá, cosa que no le sale fácil pues puede sentir que esto –a sus ojos- la vuelve frágil y le resta independencia (Urano, libertad; en casa 10, metas). Y hay más, esta “Luna herida” está en casa 3, que rige los hermanos, y se sabe que uno de sus grandes dolores es la pérdida temprana de su hermano más cercano y que -de nuevo- la llevó a ser fuerte. Pero pese a este duelo, la frágil Evelyn que se esconde tras capas de corazas de toda la vida no quiso aparecer del todo y entregarse a la pena. Tendrá otra oportunidad este 2014, ya que Plutón (transformación drástica) tocará su Luna (emociones).
En el caso de Bachelet, sus relaciones de pareja y socios son una gran tarea: Quirón en casa siete la hacen ser muy buena compañera pero sentir un vacío del otro lado, como si nadie diera lo que ella es capaz de entregar cuando se compromete afectiva o laboralmente. También su apego a su imagen (Quirón toca su Mediocielo), a cómo es vista, tiene miedo al rechazo y a defraudar, por lo mismo esa experiencia la ronda (el pensamiento crea realidad) y le impide soltar las expectativas de los demás y dedicarse a ser ella, sin moldes. Este asteroide está unido a Mercurio (su pensamiento y habla); diría que muchas veces calla lo que realmente siente o piensa, pero que cuando se conecta con el corazón y habla desde ahí su voz es muy sanadora.
En lo frívolo, pero también energético, si miramos la imagen de cada una, en el caso de Bachelet Júpiter (expansión) es amigo de su ascendente y provoca una energía cálida, con buen humor; pero también es el responsable de sus subidas de peso y de que su cuerpo se redondee. Mientras que Evelyn Matthei con su Saturno en el Ascendente la vuelve más enjuta, huesuda y con una piel que envejece más marcadamente, junto con darle una impronta sólida y dura.
¿A dónde van?
Michelle Bachelet aún siente los efectos de Plutón, que desde 2010 la remeció y la llevó a vivir grandes cambios. Este año Urano le exige renovar sus creencias, su liderazgo, atreverse a ser ella misma, soltar las formas adecuadas, despeinarse. También tiene que cuidar su sistema nervioso y glandular. Pero también es un tiempo para aplicar mucho discernimiento entre sus planes y con sus colaboradores, pues tiene que corregir su tendencia a idealizar. Su intuición será clave, tendrá que escucharla y atender mucho las señales del camino. Si está en el poder, le corresponderá contener al país en un dolor nacional en 2014, usar estrategias muy distintas y ponerle mucho límite a egos poderosos y amedrentadores que estarán en su campo de acción en la luz y en las sombras.
Por su parte, Evelyn Matthei tendrá que respirar mucho. 2014 es un año muy marcador en su vida, más que 2013, que ya lo fue. La palabra desapego le enseñará cosas muy importantes. Plutón sobre su Luna le preguntará: ¿qué esperas para sentir tu corazón y no sólo tu mente? Por su parte Saturno forjará su gran sabiduría oculta y la obligará a usarla en vez de andar corriendo; le mostrará (ya lo ha hecho) la cruda realidad de quienes la acompañan y quiénes no, le dará lecciones kármicas sobre el autoritarismo y la rigidez. Todo para que crezca y esté más plena, pero Saturno y Plutón enseñan con una cuota de dolor o freno. Si alcanza el poder, no podrá apurarse y tendrá que agudizar su poder psíquico para decidir qué hacer.
Si bien, ambas están en un período de cambios importantes y de mucho aprendizaje, es Matthei quien se encuentra en un período más crucial, ya que los astros la harán madurar profundamente para que suelte lo que ya no le sirve y pueda renovar su energía mediante más de alguna prueba desafiante.
Mientras, la carta natal de Chile nos dice: no importa quién gane, lo relevante ahora es que todos tenemos que madurar y resolver nuestros temas pendientes, pues el 2014 nos insta a ordenar nuestras metas para poder realizarlas, junto con desarrollar más creatividad diariamente y así vivir con más alegría, más allá de quién gobierne, ya que estos tiempos son para hacerse cargo y tomar las riendas de nuestras vidas con entusiasmo. Ahí vamos.