SANTIAGO.- Por casi una hora, este jueves la chilena presuntamente involucrada en el megafraude que afectó a una empresa estatal en Honduras y que supera los U$ 230 millones, Natalia Ciuffardi, declaró ante el tribunal en el marco de la investigación por el delito de lavado de activos que lleva adelante la Fiscalía Metropolitana Sur.
La audiencia fue solicitada por la defensa de la mujer -encabezada por el abogado Aldo Duque- quien requirió al magistrado que la información vertida en dicha instancia no fuera difundida públicamente, razón por la cual se decretó la reserva.
En su relato, la imputada -quien permanece en prisión preventiva en la cárcel de San Miguel- insistió en su inocencia, desconociendo los hechos por los cuales el padre de su hijo de un año, Mario Zelaya, es encausado en Honduras.
De acuerdo a los antecedentes reunidos por el fiscal Omar Mérida, que sustancia la causa luego de un requerimiento de la justicia hondureña que solicitó indagar la existencia de bienes adquiridos con recursos obtenidos de manera ilícita, Ciuffardi conocía el origen de los dineros que fueron depositados en su cuenta para ser blanqueados en nuestro país e incluso participó de manera activa en el fraude que afectó al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
La pesquisas, además, han detectado comprobantes de ingresos de dinero que alcanzan los 425 mil dólares, lo que a juicio del persecutor acreditan que Natalia participó de la sustracción directa de dineros fingiendo ser consultora internacional.
Las indagatorias también han establecido que Ciuffardi compraba propiedades y vehículos a su nombre, llegando en un día a adquirir cuatro inmuebles en Honduras avaluados en $200 millones.
En Chile, en tanto, compró dos departamentos en sólo 24 horas, y ha desembolsado gran cantidad de dinero en vehículos nuevos, una casa en la playa y la propiedad en la que vive con su familia en la comuna de Puente Alto.