El supuesto caso de espionaje ha generado un fuerte impacto en el mundo político peruano y ha acaparado las portadas de varios medios.
ww.larazon.peSANTIAGO.- Tras la denuncia de un presunto caso de espionaje de marinos peruanos a favor de Chile, la cual ha provocado la intervención pública de importantes autoridades de Lima, entre ellos el Presidente Ollanta Humala, el Gobierno de Chile aseguró no promover dichas acciones.
Mediante una declaración pública, la Cancillería nacional señaló que "ante la situación planteada en Perú en torno a una investigación sobre espionaje y respecto a la cual han emitido opinión las más altas autoridades de dicho país, el Gobierno de Chile señala que no promueve ni acepta acciones de espionaje en otros Estados ni en su propio territorio".
En esa línea, se agrega que "la voluntad de Chile es continuar el proceso de fortalecimiento de las relaciones bilaterales, objetivo en el cual están empeñados los esfuerzos de ambos gobiernos".
"Nuestro país señala la voluntad de establecer una agenda de futuro con Perú, para lo cual tenemos la intención de seguir dando pasos de confianza mutua e integración", enfatizó la Cancillería.
De acuerdo a antecedentes de la investigación que difunde hoy la prensa peruana, se asegura que los tres suboficiales de la Marina de Guerra, supuestamente "reclutados por el espionaje chileno para proporcionar información clasificada naval a las fuerzas armadas chilenas", transmitieron imágenes electrónicas sobre el estado de los buques de guerra y sus ubicaciones secretas en el litoral peruano.
El diario "La Razón" agrega que "la investigación abierta por el Fuero Militar y Policial" generó las detenciones preventivas de los militares entre agosto y octubre del año pasado, la cual se ha ampliado hasta por un año más.
En el caso de los los suboficiales de la Marina, Johnny Richard Pilco Borja y Alfredo Marino Domínguez Raffo, "las pesquisas han precisado que hicieron entrega de este tipo de imágenes en los encuentros que sostuvieron con empresarios pesqueros italianos en diferentes capitales de Latinoamérica, quienes fueron identificados por la contrainteligencia naval peruana como oficiales de la marina chilena".
En el caso del tercer suboficial, identificado como el técnico de 3ª.AP Alberto González Alejo, el último en ser detenido recién en noviembre, las pesquisas han confirmado que sostuvo reuniones con los miembros del espionaje chileno, pero aún no se ha determinado si hizo entrega de materiales clasificados, como lo han hecho los anteriores.
Si los oficiales son encontrados culpables por el delito más grave, que es el de traición a la patria, recibirían una pena privativa de libertad de 20 años.