Héctor Aravena, El Mercurio
SANTIAGO.- El arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, repudió este viernes los actos de un grupo de encapuchados que atacaron con bombas molotov la iglesia de la Gratitud Nacional, ubicada en el centro de Santiago, tras los desmanes registrados ayer en la marcha estudiantil.
"Aquí, además de un hecho religioso que ha sido profanado, hay también una falta muy grave a lo que es la conciencia cultural de las raíces históricas de un país", dijo al respecto la autoridad eclesiástica, enfatizando que "sobre esto, no se puede construir un futuro que sea digno de las personas humanas, digno de solidaridad, de justicia y de paz".
"La libertad es un don muy grande, pero debe ejercerse también en el respeto de las libertades de los demás", agregó el religioso, afirmando que "la violencia no es la primera respuesta".
"Nunca una destrucción es algo positivo de lo que puede ser un legítimo derecho a manifestarse", aseveró, haciendo un llamado a los padres y educadores a guiar a los jóvenes para que "sean constructores de un futuro mejor" y evitar que estos hechos se repitan.
El templo fue atacado por encapuchados que tras la manifestación convocada por la Confech para protestar por la excesiva violencia de Carabineros en este tipo de actos, comenzaron a lanzar artefactos incendiarios contra la iglesia.