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Especialista en montaña: "Sin orientación se pierde capacidad de pensar"

El coronel (r) Manuel Orellana, especialista en montaña, detalla las duras condiciones que se viven en estos lugares, y aclara que el "viento blanco" que enfrentaron los soldados perdidos puede convertirse un enemigo terrible.

19 de Mayo de 2005 | 13:25 | Pablo Soto González, El Mercurio en Internet
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La foto de archivo muestra ejercicios militares en Lonquimay.

Los soldados son entrenados para enfrentar dificultades en la montaña.
SANTIAGO.- "El organismo empieza a bajar mucho su ritmo cardiaco, entonces la persona entra en sueño y se produce la muerte blanca, que ocurre en los extremos, cuando la persona no ha tenido la capacidad de refugiarse, de protegerse de este viento, construir un refugio, buscar algo que lo proteja".

El coronel (r) del Ejército, Manuel Orellana es especialista en montaña y describe el momento en que la persona, afectada por la hipotermia, pierde la vida por congelamiento.

Es la tragedia que experimentaron los cinco soldados fallecidos en la cordillera de la VIII Región, cifra que se teme podría aumentar, ya que el número de desaparecidos o "dispersos", como los llaman los organismos castrenses, llega casi al centenar de personas.

Orellana estuvo siete años en la Escuela de Montaña del Ejército, de teniente hasta mayor, y su vasta experiencia ayuda a entender lo que ocurrió la víspera en la cordillera, en la zona del volcán Antuco, que se ha transformado en escenario de una búsqueda frenética por encontrar con vida a los desaparecidos.

Las patrullas que realizaban ejercicios en la cordillera fueron sorprendidas por el llamado "viento blanco", que puede transformarse en una pesadilla en caso de que no se tomen las medidas para resistirlo.

En este caso, explica Orellana, el problema reside fundamentalmente en la pérdida de visibilidad y en la orientación. "Nosotros tenemos puntos de referencia y siempre nos fijamos en esos puntos, pero cuando hay viento blanco, ya no hay referencia posible", explica.

Con "viento blanco", "la gente pierde la capacidad de pensar bien, de adoptar las medidas adecuadas", aclara.

Orellana conoce la zona y cuenta que allí no hay nada de referencia: por un lado el volcán y la laguna (de La Laja) por el otro.

Y aclara que el viento blanco "es una nube baja, condensada, con viento, que levanta la nieve, no se ve nada".

Este fenómeno, que fue el que enfrentaron los soldados en la cordillera, provoca la pérdida del sentido de orientación.

Rápida pérdida de temperatura

Orellana precisa que el "viento blanco" produce una baja de temperatura considerable debido a la rapidez con que el viento pasa por el cuerpo de la persona.

"Y si la persona no tiene un vestuario de protección y de abrigo, que le mantenga el calor del cuerpo, lógicamente va a sufrir muy rápido la hipotermia o baja de temperatura de su organismo", explica.

"El organismo no es una máquina que esté produciendo calor porque sí. Produce calor, pero este calor se va muy rápido con este fenómeno que llamamos el viento blanco", agrega.

Otra dificultad que deben haber enfrentado los soldados afectados por la tormenta, dice Orellana, es que la nieve recién caída es muy blanda.

En estos casos, el soldado se entierra mucho en la nieve para marchar.

"En una caminata, en condiciones normales, uno puede andar hasta cuatro kms en una hora. En una hora con "viento blanco", uno anda 200, 300 metros".

"No hay súper hombres"

Frente a la hipotermia que se puede enfrentar con "viento blanco" y la reacción que esto puede generar en un grupo, Orellana explica que el escenario es incierto.

"Supongamos que hay un montón de gente que está con este problema, a todos les va a pasar lo mismo, porque no hay súper hombres. Todos están sufriendo el mismo problema, no hay súper man", afirma.

Agrega que, en condiciones tan difíciles, la gente tienen que estar muy bien entrenada y tener mucha experiencia en montaña para desplazarse en este tipo de situaciones.
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