PUERTO MONTT.- La Comisión Regional del Medioambiente (Corema) resolvió esta tarde permitir a la planta Celulosa Arauco y Constitución, Celco, seguir funcionando aunque estableció que la compañía debe cumplir una serie de normativas.
Entre ellas, buscar una solución al desagüe de sus desechos fuera del río Cruces, para lo cual se estableció un plazo de nueve meses, tras lo cual el proyecto presentado por la empresa será sometido a un nuevo Estudio de Impacto Ambiental (EIA).
Una vez aprobado éste, se deberá implementar el sistema de descarga alternativo en un plazo máximo de 15 meses.
La Corema ordenó también la modificación de la resolución de calificación ambiental de 1998, que estableció las condiciones para su puesta en marcha.
También estableció una reducción en el volumen de producción que Celco tiene autorizado actualmente, el que será rebajado en un 20% respecto a su máximo anual permitido actual, 550 mil toneladas.
También se estableció que Celco deberá implementar nuevas medidas de control y seguimiento, así como medidas para la recuperación del santuario de la naturaleza "Carlos Anwandter".
Por ejemplo, Celco deberá desarrollar un Plan Integral de Gestión Ambiental del lugar, costeando parte de su ejecución, así como un Plan de Fiscalización sobre todas las fuentes que descargan en el mencionado río.
La decisión se adoptó basándose en las respuestas entregadas por los científicos que realizaron el informe encargado a la Universidad Austral de Chile, que responsabiliza a Celco de la contaminación del santuario.
Además, también considera los antecedentes recopilados por la Superintendencia de Servicios Sanitarios, Siss, y el cuestionado contrainforme de la Universidad Católica de Chile, el cual puso en duda la metodología de la Uach.
Manifestación
Durante la jornada, alrededor de siete mil personas se manifestaron en forma simultánea en localidades como San José de la Mariquina, Los Lagos, Máfil y Paillaco.
También hubo camiones tocando sus bocinas y los trabajadores utilizaron silbatos, banderas y también motosierras, solicitando a las autoridades continuar con el funcionamiento de la industria.
Mientras se realizaba esta protesta masiva, en una esquina los defensores del santuario desplegaron un lienzo contra el grupo Angelini, propietario de la empresa de celulosa vinculada al deterioro del humedal del río Cruces.