SANTIAGO.- "No hablan español ni inglés estos chinos", comenta un visitante al recién inaugurado Centro Comercial China, ubicado en el segundo piso del Multicentro Alonso de Ovalle, en la comuna de Santiago.
Y es que pese a la gran expectativa generada entre el público por este nuevo "mall" de comerciantes provenientes desde el país asiático, y los 20 millones de dólares invertidos por ellos, las mil maravillas en las ventajas y rebajas parecen no ser tal.
De los 54 locales proyectados para este centro comercial, hoy sólo 12 atienden al público. El resto de los negocios permanecen a oscuras, a la espera de ser ocupados por "el grupo de chinitos que llega mañana desde Wen Zhou (ciudad de origen de los comerciantes)", como dice Ji Rubin (o Miguel, como se ha bautizado para entenderse con los chilenos) uno de los pocos asiáticos que habla un tropezado, pero comprensible español.
Parece que no nos estamos entendiendo
"¿Cuánto cuesta este pañuelo?", preguntó a una vendedora de ojos rasgados una mujer que miraba una de estas prendas. Frente a tan "compleja pregunta", la "chinita" sólo atinó a tomar una calculadora y escribir 2.500 en ella.
Pese a que hoy el mundo globalizado parece no tener fronteras, el tema del idioma es todo un problema a la hora de entenderse con estos locatarios, pues ninguno de ellos maneja el español, lo que vuelve un poco difícil la relación entre los comerciantes y el ansioso cliente.
Un problema que Ji Rubin reconoce y que asegura tendrá solución: "Tendremos cinco intérpretes que recorrerán los locales del centro comercial para ayudar a los comerciantes y clientes que necesiten ayuda", dijo, agregando que para los próximos meses se espera que los recién llegados puedan tomar un curso intensivo de español para superar este pequeño impasse.
Más barato por docena
Ubicado sobre el Multicentro Alonso de Ovalle, que se especializa en la venta de artículos de electrónica, peluches y hierbas medicinales, se encuentra el Centro Comercial China, que vende principalmente accesorios como lapiceras, joyas de fantasía, además de ropa para mujer y calzado.
Pañuelos por $1.500, un par de aros por $1.000, portacelulares de cuero a $2.000, poleras a $2.500 o un par de jeans por menos de $5.000 parecen ser ofertas tentadoras para quienes buscan vestirse por pocas lucas.
"Ofrecemos buena calidad, más barato y económico. Ésa es nuestra ventaja y cómo queremos entrar al mercado chileno", cuenta Ji Rubin en medio del ajetreo por la larga ceremonia de inauguración.
En ella intervino el alcalde (s) de Santiago, Héctor Feeley y algunos representantes chinos, quienes ofrecieron un discurso que debió ser interrumpido cada cierto tiempo por Ji que además de organizador las ofició de intérprete.
Pero hay un detalle que termina con las expectativas sobre lo que parecía ser la revolución de los malls santiaguinos: sólo se puede comprar al por mayor.
Es decir, si usted quiere una de esas lindas carteras que vio en un local, está perdida, deberá llevarse por lo menos seis para mantener el precio. Todo un negocio.
De todas maneras, si quiere conocer con sus propios ojos esta nueva alternativa en el mercado nacional, no estaría nada de mal darse una vuelta por este centro comercial emplazado en la esquina de las calles San Diego y Alonso de Ovalle.
El horario de atención es de lunes a viernes entre las 10:00 y las 20:00 horas y sábados y domingos entre 10:00 y 16:00 horas. Pero ojo... Sería bueno aprender el lenguaje de señas o llevar un traductor.
